La aparición de Miguel Ángel Yunes Linares en el escenario político-electoral del estado de Veracruz provocó serios recelos para los presuntos candidatos del PRI al Senado. Sólo ganaría perdiendo el que estuviera en la primera posición de la fórmula del tricolor.
Con la larga entrevista que tuviera el excandidato panista a la gubernatura estatal con la periodista Carmen Aristegui, donde dio a conocer como un preludio de la guerra sucia que tiene preparada el PAN, con la probadita de los trapitos que quiere sacar, se llegó a la conclusión que sería devastadora la campaña de desprestigio para la anterior administración estatal y ante esto, no habría nada que hacer que no lo relacionara directamente con el trágico presente por la brutal violencia que se vive en la entidad.
No se midió Yunes Linares ante la periodista más escuchada del país. Lo del análisis hecho el lunes, donde figura la familia del exgobernador y los empresarios favorecidos por esa administración y el asegurar la existencia de dos jets propiedad de los Herrera Beltrán. No creo que exista un abogado penalista que quiera defender esta situación tan complicada.
Tiene que haber algo detrás de mucho peso político y un experto conocedor de como se maneja la prensa nacional, para desatar la feroz campaña mediática en contra del gobierno de Javier Duarte de Ochoa. No es coincidente que la gran mayoría de los medios nacionales y los columnistas de mayor desprestigio de manera concomitante surja esta simultaneidad en el ataque a una institución y hacia la persona responsable.
No hay antecedentes en los anales periodísticos.
Se trata sin duda de una estudiada y bien planeada estrategia que tiene que ver en buena parte con el futuro del estado de Veracruz y el papel que representa para los comicios presidenciales del próximo año. No se pueden descartar que hay otros intereses de diversa índole y hasta lo que ahora llaman el fuego amigo.

¿Si gana AMLO?
En una escuela particular de lujo, una jovencita que por primera ejercía su derecho al voto, les decía a sus compañeros que sufragaría a favor de Andrés Manuel López Obrador.
--Que te pasa, si es un enemigo para México, habría desempleo y devaluaciones.
--Es que mi papi dice, que si él gana nos vamos a vivir a Miami.
Se le cumplió su sueño con el gobierno panista de Felipe Calderón: Su padre vivió la quiebra de su empresa por la permanente crisis económica y el miedo por la violencia desatada en una guerra que sólo el gobierno entiende, la familia desde hace cuatro años vive en el estado de la Florida.

La salida de Reynaldo
Las personas cercanas a Reynaldo Escobar Pérez sabían perfectamente que por su manera de ser, su renuncia estaba programada meses atrás. Por dignidad y principios, aunado a las presiones familiares que consideraban que no valía el sacrificio de exhaustivas jornadas de trabajo donde no existían los fines de semana ni las horas de descanso, por una labor que no tenía el menor reconocimiento por parte de la sociedad veracruzana, al convertirlo como chivo expiatorio de errores y graves equívocos ajenos a su competencia.
Varios compañeros de trabajo, los propios colegios de abogados y alumnos de varias generaciones, donde Escobar Pérez fue su maestro, le habían pedido que abandonara un barco ajeno a su profesionalismo.
Vaya que resistió tantos meses en solidaridad con su gobernante. Se vivieron horas difíciles y sacó la casta de ser uno de los mejores litigantes veracruzanos, prueba de ello es el salón pletórico de reconocimientos en sus modernas oficinas del bufete legal que posee. Ahí destaca su peculiar afición por coleccionar caricaturas ya sean positivas o negativas de su persona.
Por razones de todo tipo no sería nada saludable dejarlo fuera de las estructuras gubernamentales y partidistas. Es sin lugar a duda una de las personas mejor informadas, que podrían capitalizarlo grupos políticos de oposición.