Gran impacto causó entre los empresarios veracruzanos las palabras del precandidato Marcelo Ebrard. A todas las preguntas les dio una respuesta congruente y sobre todo realista, enfatizó la manera en cómo convirtió la Ciudad de México en el sitio más seguro del país.
Reconoció que el precandidato Enrique Peña Nieto nunca aceptaría un debate, puesto que ambos ya fueron gobernadores y cada uno demostró en los hechos la capacidad y el talento para resolver los problemas.
No obstante, sobre los cuestionamientos que se le hicieron sobre el Estado de Veracruz, con sentido político y de estar como simple invitado en la entidad y ser el actual presidente de la Conago, se abstuvo del menor comentario.
Mientras que durante la gira de Andrés Manuel López Obrador por los Estados Unidos, se le insistía sobre la encuesta que se realizará a nivel nacional en el mes de noviembre, volvió a repetir que no se les dará el placer a los que confían que no aceptará el resultado y que se peleará con Marcelo Ebrard.
“ No se les dará ese gusto. Él que ganó, ganó. Y punto.”
En el puerto, el Jefe de Gobierno reiteró que si gana AMLO él lo apoyará y que si ocurre lo contrario él tiene la total certeza que así lo hará el tabasqueño.
No se trata de personas, lo que interesa es el país.
Al margen de ideologías progresistas y de aspiraciones particulares, lo que destaca e importa a los dos políticos de la izquierda que serán encuestados el próximo mes, es la realización de un proyecto de nación.

El Cambio de AMLO
Jorge Chabat, el analista político de lujo del periódico El Universal, maestro e investigador de la División de Estudios Internacionales del CIDE, compañero de Maquiavelo en la rectoría de la Universidad Metropolitana, ha sido por años uno de los más acérrimos críticos del excandidato Andrés Manuel López Obrador.
“Es muy probable que AMLO sea el candidato de las izquierdas, la mayoría de las encuestas muestran que, en efecto, ha mejorado la percepción que de él tienen no sólo los perredistas, sino la población en general. Si esto ocurre veremos en campaña a un López Obrador desconocido que será un fuerte competidor y que buscará atraer el voto de los moderados. Sin embargo, la verdadera dimensión del cambio en AMLO sólo lo podremos saber si gana la presidencia. Sólo entonces podemos congratularnos de haber elegido a un político conciliador y sensato”.
Lo que sorprende no es el cambio de López Obrador sino la radical trasmutación del combativo Jorge Chabat.

La única salida del PAN
El pleito entre los precandidatos presidenciables es de los que no tienen clasificación porque es a morir. Nadie podrá alegar la rudeza innecesaria. Ninguno de los tres está dispuesto a ceder y cada uno tiene sus propios argumentos personales que los obsesionan.
No aceptará el senador con licencia Santiago Creel, ninguna instrucción que no sea para favorecer a su candidatura. Es él que siente que es el panista con más prerrogativas que sus contrincantes. Desde su antigüedad en la militancia y el reconocimiento que tuvo que ser planchado no obstante ser el candidato de la anterior pareja presidencial, cuenta con los méritos de su vertical constancia en sus principios y sin duda el que tiene el mejor y más abundante curriculum.
Ernesto Cordero tiene plena confianza en su destino como candidato presidencial por contar con el mejor voto que tiene su partido, que es el del presidente Felipe Calderón. Así que háganle cono le hagan, él piensa, come y duerme como “el bueno”.
Josefina Vázquez Mota cuenta con el mejor aval que puede existir en este país, que por número de votantes es el mayoritario, el de ser mujer.
Por razones de estrategia electoral, el género es su arma más poderosa. Se convertiría en la primera mujer en la historia política de México, es la única que tiene posibilidades ante los candidatos del PRI o el de las izquierdas.
El ejemplo de las presidentas se repite cada vez más a menudo en todas las naciones del planeta.