Al concretarse las inversiones de las empresas brasileñas en el campo de la petroquímica, convertirían la zona sureste del estado de Veracruz en el polo de desarrollo más importante del país.
Sería sin duda la gestión más trascendente y productiva de la administración de Javier Duarte de Ochoa. El gasto de once mil millones de dólares en plantas petroquímicas, sería el presupuesto total del gobierno estatal durante dos años. Terminaría de golpe con el desempleo existente y pondría a Veracruz como la entidad con el mayor índice de progreso y con uno de los mejores niveles de vida que solo se encuentra en naciones del primer mundo.
Aquel sueño en que se llegó a comparar a Coatzacoalcos con el puerto de Houston, tendría visos de ser una realidad. Aún se recuerda la dorada época del boom petrolero, en que surgió la ciudad de las grandes avenidas y las esposas de los líderes petroleros viajaban hacia los Estados Unidos a comprar el papel de baño, porque era más suavecito del que se vendía en México.
Los grandes capitales encontraron refugio en las instituciones bancarias de la localidad. Uno de los buenos negocios para la gente local era la de alquilar las casas donde vivían y con las elevadas rentas que pagaban los petroleros podían vivir cómodamente en otras ciudades.
La migración veracruzana no encontraría razón para viajar hacia el vecino país del norte y las fuentes de empleo alternas que provocaría esta elevada derrama de dinero, permitiría la creación de avanzados centros de estudios, modernas clínicas, nuevos fraccionamientos y todas aquellas ramas alternas de trabajo.
En pocas palabras sería otra ciudad muy diferente, a la que ocupara el primer lugar en desempleo del país.

El tío Fide quiere ser tarasco

Al fin se supo que el desaparecido ex gobernador Fidel Herrera se encuentra en Michoacán, trabajando para impedir que la hermana del presidente Felipe Calderón, Luisa María, obtenga la gubernatura de aquella entidad. Cocoa , así le dicen, es la que encabeza las encuestas en la tierra de los Cárdenas. El PRI y un dividido PRD han perdido terreno.

Aumentó la violencia y pobreza

Las dramáticas cifras sobre el aumento del número de pobres en México es una vergüenza para la nación entera. Que más del cincuenta por ciento de los habitantes de este país, vivan marginados es un tema más que ofensivo para las autoridades y que sea el estado de Veracruz la entidad que aumentó en mayor proporción el número de miserables, es una llamada dolorosa y lacerante.
Las cifras reales son de 58.5 millones de pobres y más de 42 mil 624 muertos por la guerra, es el grotesco saldo de la administración de Felipe Calderón, con ello será considerado en la historia como el peor gobierno que ha tenido México.
El aumento de la violencia y de pobres en la entidad veracruzana es el agudizamiento de un problema estructural, así como el fracaso de políticas y de la ineptitud oficial para frenar estos graves fenómenos. Para un gobierno estatal que lleva un semestre de gestión tiene la gran oportunidad de poner desde un principio el remedio adecuado.
Las anteriores administraciones estatales no pueden evadir la culpa de esta tragedia. Tanto diputados locales como miembros de la alta burocracia no pueden escabullirse de esta inmoralidad en el dispendioso manejo de los dineros públicos, que hasta ahora ha trascendido que existe una deuda de más de 30 mil millones de pesos y que a ese dinero no se le dio prioridad a los programas que podrían haber disminuido la pobreza de los veracruzanos.