Durante muchas semanas se dijo que la deuda dejada por la administración de Fidel Herrera Beltrán sólo ascendía a diez mil millones de pesos. El propio exgobernador veracruzano exhibía un documento de la Secretaría de Hacienda donde el débito era de sólo 7 mil 400 millones.
El secretario de Finanzas, Tomás Ruiz, reconoció desde un principio que los compromisos económicos se concretaban a cifras que giraban alrededor de los 17 mil millones, donde se incluían los últimos diez mil millones que se pidieron en las últimas semanas de la gestión fidelista, la que se incrementó a 12 mil 600 millones.
El juego de números financieros duró un largo tiempo, hasta que el gobierno de Javier Duarte, decidió enfrentar la realidad económica que confronta la entidad y acordó reestructurar la gigantesca deuda pública del gobierno estatal que asciende a más de los 30 mil millones que se van a renegociar. Determinó el gobernante hacer a un lado y limpiar el absurdo maquillaje de adulteradas cifras sobre el considerable pasivo de la pasada administración estatal.
No era conveniente seguir tapando y ocultando el enorme boquete económico.
Esta oportuna reestructuración, incluye un préstamo de 17 mil 400 millones para hacer frente a las añejas deudas con proveedores y prestadores de servicios.
Lo que siempre se había especulado sobre un desmesurado débito de varias decenas de miles de millones de pesos dejados por el pasado gobierno, ahora se concretaba, al quedar al desnudo de manera oficial.
No más embustes y encubrimientos.
Se tomó la decisión de poner orden financiero. Esto permitirá aprovechar las ventajas de tasas de interés más bajas que permitirán un ahorro sustancial de ocho mil millones de pesos.

Ingresos mil millones de pesos.

Es una historia que se inició en Seattle en el año de 1971 y que ahora se refleja en el puerto de Veracruz . Se les ocurrió a tres personas abrir una cafetería para tener un sitio tranquilo para platicar. Ellos fueron dos maestros, uno de historia y otro de ingles con un escritor Gordon Bowker. Así empezó Starbucks , que hoy cuenta con 17 mil 801 locales en 49 países del mundo. Tiene este trio de buenos conversadores que entretenerse con ingresos que superan los cien millones de dólares mensuales, es decir más de mil millones de pesos. De amantes de la literatura, ahora prefieren la contabilidad.

No le gustó el cambio.

Por ciertos compromisos se decidió nombrar a Fabricio Aguilar, como el responsable de la oficina del Programa de Gobierno, puesto de gran importancia que el sexenio anterior desempeñara con gran diligencia, don Dionisio Pérez Jácome, padre del actual la secretario de Comunicaciones federal, con el mismo nombre y apellidos. Don Nicho Pérez era el Córdoba Montoya de Carlos Salinas para Fidel Herrera Beltrán. Esta comparación es para dar una idea sobre la importancia del puesto. En los últimos cambios del gabinete el gobernador Duarte de Ochoa nombra a José Guillermo Herrera en ese básico cargo del gabinete duartista y envía a su anterior titular, don Fabricio Aguilar, como representante del gobierno del Estado de Veracruz en la capital de la República.
Al nuevo inquilino de la oficina veracruzana en la ciudad de México no le pareció este devaluada permuta del aire xalapeño al capitalino.
Al paso de los días los miembros de la oficina veracruzana en el Distrito Federal están inquietos por la nula presencia de su nuevo jefe. Desde que salió Salvador Sánchez Estrada, ex secretario de Finanzas y cuñado del poderoso senador Manlio Fabio Beltrones, sigue vacía la oficina de la representación veracruzana. Al parecer Fabricio Aguilar su intención es presionar con esta ausencia para que lo regresen a su puesto y mandar en este trueque a Guillermo Herrera para que disfrute su próxima luna de miel en las oficinas oficiales de la codiciada Zona Rosa.