La última reforma electoral aprobada hace tres años, de manera unánime, por los líderes parlamentarios está causando una serie de problemas y pareciera que algunos partidos están arrepentidos de haberla consentido, especialmente el PAN, porque de acuerdo a estos nuevos artículos el presidente Calderón no habría tomado posesión, por la poca legitimidad de su triunfo.
Otro aspecto que crea nuevas polémicas es el problema de los apoyos económicos y la compra de espacios de propaganda política hechos por particulares, ya que es del dominio público los grandes compromisos que estos generan entre el candidato ganador con estos empresarios. Pues se trata de personas con grandes recursos que por el elevado costo que representa este tipo de “simpatías” económicas, quieren recuperar con negocios ilícitos lo invertido.
Esta reforma confrontó a los autores de la misma con los poderosos consorcios de la televisión mexicana, al restringir el pago y aprovechar el tiempo de concesión que tiene el gobierno para que los partidos políticos lo pudieran utilizar, bajo normas impuestas por el IFE.
No obstante, de estas restricciones en la entidad veracruzana se hizo caso omiso y se pagaron fuertes sumas de dinero al duopolio televisivo.
Tampoco es secreto, que durante la administración anterior se benefició con costosas obras a contratistas que financiaron las campañas electorales.
La prohibición de campañas negativas sobre los candidatos, en una gran mayoría de los casos se atenta en contra de la libertad de expresión, porque para los electores es importante conocer ciertas verdades sobre la vida y su desempeño profesional de estos aspirantes a un cargo de elección popular.
Así se trate de verdaderos delincuentes, se tendrá que guardar silencio de acuerdo a estas normatividades.

La industria sin chimeneas

Esa fantasía que surgió como elucubración, oficia que aseguraba que en determinadas épocas vacacionales llegaban un millón de turistas a la entidad veracruzana y que se concentraba en el puerto de Veracruz, es un atentado a la inteligencia de los porteños.
En la zona conurbada, que es turísticamente la más importante del estado, existen apuradamente 5,689 cuartos, tanto en hoteles como moteles. Con una ocupación de dos adultos y dos infantes, la suma alcanzada sería ridícula. Se arguye como argumento que un elevado número de visitantes llega a domicilios particulares. Son pocas las residencias que tienen los cuartos de visitas. Si de acuerdo al último censo esta zona conurbada, incluyendo a los municipios de Medellín y Alvarado, rondaba por los 800 mil habitantes, como que no concuerdan con las alucinaciones de los funcionarios estatales y municipales que quieren halagar el oído del gobernante.

El desafío de la izquierda

La confusión que existe entre los miembros de los partidos que se autodenominan de izquierda, es que distorsionan esta doctrina ideológica que no persigue posiciones, lo cual ha sido una de las causas de su perversión. Para ser de ideas revolucionarias y progresistas habría que abrazar un credo, sobre principios de igualdad con un objetivo social. Considerando que quien difiere de la doctrina oficial será considerado como un tránsfuga y reaccionario.
De allí surgió el sectarismo y la intolerancia.
El dilema que existe en el estado de Veracruz es considerar a los ciudadanos que no pertenecen al único instituto que había existido en su larga historia seudodemocrática, es decir el PRI, como simples facciones de personas disidentes que no han encontrado acomodo dentro la burocracia. Eran los descontentos y equivocados con el quehacer del servidor público.
Se consideraba la política veracruzana del partido tricolor como una compleja actividad de relaciones públicas, en donde había que tener un buen contacto o un padrino bien colocado que lo recomendara. Era la única fórmula para participar en este oficio. El otro estilo era el de hacer méritos, pintando bardas, portando carteles, asistir a los mítines y hacerse presente.
Entre más servil en esta actividad era más fácil su ascenso.
La izquierda política se convirtió en una fuerza surgida de la pasión y la esperanza ante la indignación por la estupidez y la injusticia humana. La urgencia de construir una sociedad fraterna permitió el nacimiento de estos partidos de izquierda que no tienen nada que ver con doctrinas políticas y son simple y llanamente una elección de vida.