A los llamados que hacen las agrupaciones sociales y el presidente Felipe Calderón para un ¡Ya Basta! Pedirle a la ciudadanía que participe en este conflicto y que esté consciente de tomar partido sobre quienes son los verdaderos enemigos e intervenga, ya sea denunciando o de cualquier otra forma, en contra de los malosos para que se detenga el baño de sangre. Es una bronca ajena al pueblo.
Es difícil pedir confianza ciudadana cuando se ha fallado en casi todo lo prometido por el gobierno. Nota de ocho columnas de la periodista Peniley Ramírez.
La sociedad mexicana no puede involucrarse como lo exigen las autoridades, ya que no tiene nada que ver en una guerra que sólo tiene dos protagonistas, el gobierno y los cárteles de los narcos. La única participación que ha tenido el pueblo mexicano es la de poner a los muertos.
Ningún miembro de la sociedad civil inició la absurda guerra en contra de los narcotraficantes, ni tampoco está de acuerdo en justificar esta matanza con el sobado pretexto de que este conflicto armado es para mantener a salvo a la población y evitar que los narcotraficantes envenenen a nuestra juventud.
Es un atentado a la inteligencia del mexicano.
Esto no ocurría en el pasado, no hay antecedentes que hayan provocado las consecuencias de un saldo de decenas de miles de asesinatos. El que recluten las bandas a jóvenes que no encuentran un espacio en las aulas y que se suman a las filas interminables del desempleo, es un problema del gobierno.
Humberto Moreira, líder del PRI, lo explicó claramente, el gobierno de Calderón se equivocó de adversario, el verdadero enemigo es la pobreza y la esconde con los 36 mil muertos.
Al periodista Luis
Cuando el general Douglas MacArthur comandante supremo de las fuerzas armadas norteamericanas fue derrotado por los ejércitos de Japón, en las cruentas batallas en las islas de las Filipinas y se pensó que el orgulloso militar, al ser vencido, se sumiría en el silencio; no se dejó abatir y salió al rescate su espíritu de superación y con un nuevo ánimo sólo dijo: ¡Volveré!
El compadre del Yaqui
Comentan que el popular “Yaqui”, Ángel Álvaro Peña, invitó a su compadre Joaquín López-Doriga para reforzar su presencia política en la visita al puerto de Tuxpan, al gobernador Duarte de Ochoa, las autoridades de Pemex y de la Secretaría de Energía. La misma estrategia que siguió para limar agrias asperezas con el comentarista exgobernador Herrera Beltrán
Muy discutible un cuatrienio
El enfoque que aborda la mayoría de los comunicadores sobre la extensión a cuatro años de las administraciones municipales en el estado de Veracruz, es muy diferente al relacionarla como una oportunidad mayor, en tiempo y forma, para que los alcaldes puedan realizar sus “negocios” y de seguir lucrando durante otras 24 quincenas más con el dinero público.
La relación hay que verla sobre un complejo status político. El sucesor de Javier Duarte de Ochoa no podrá nombrar a ingún cuando ingrese y por lo tanto, tendrá que gobernar con el equipo anterior ajeno a su triunfo electoral. El planteamiento de la iniciativa para reformar a cuatro años la administración municipal, causará una seria polémica, la cual podría llegar a los estratos nacionales, donde se cuestionaría la aprobación del congreso estatal. Entre los argumentos se haría énfasis sobre el próximo gobernador que no fuera priísta y el grave problema para manejar a la entidad con los municipios administrados por otros partidos de la oposición y aunque fuera del mismo partido político, los compromisos serían ajenos al gobernador en turno.
Por otro lado se duplicaría el gasto electoral y podría tomarse como un revanchismo político el nuevo proceso comicial, todo lo que implica el desgaste tanto para el ganador como para el perdedor de la renovación del poder ejecutivo estatal.