Ya está cocinada en la Cámara de Diputados la reforma política que cambiará de manera radical la vida del país. Se elevará a rango constitucional las garantías para la participación ciudadana en las grandes decisiones que tome el gobierno, ya sea federal, estatal o municipal.
Esta democracia participativa será mediante el plebiscito, referéndum, revocación de mandato e iniciativa popular.
Durante el desarrollo de una Junta del Consejo Editorial del periódico Imagen, se le preguntó al entonces candidato a la gubernatura del PRI, Gustavo Duarte de Ochoa, sobre estas iniciativas que se encontraban en proyecto y al responder de manera categórica reafirmó que estaba totalmente de acuerdo, con autenticidad y realismo confirmó su apoyo a la revocación del mandato cuando el funcionario se equivoca o no es eficiente y no justifica lo fructífero en su actividad como servidor público.
El presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Juventino Castro y Castro, legislador del PRD, asegura que ya hay consenso entre los grupos parlamentarios para que la democracia participativa en la Constitución sea una realidad.
El que fuera presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, afirmó que en esta semana se detallará la agenda para la construcción de las formas de expresión directa de los ciudadanos. Será sin duda la más ambiciosa reforma política.

Pagamos los platos rotos

El quebranto de los bancos en Islandia lo pagaron los dueños de esas instituciones. En México con el Fobaproa las deudas contraídas por la banca las paga el pueblo. En un referéndum, los islandeses decidieron no retribuir a Gran Bretaña y Holanda más de cinco mil millones de dólares.
En México se pagan los platos rotos.
De las cuatro grandes instituciones bancarias extranjeras que operan en nuestro país, ellas acaparan el 70 por ciento de la cartera crediticia y el 80 por ciento de las utilidades netas, más de la mitad se quedan en Bancomer y Banamex. Una de capital español y otra de los Estados Unidos.
La idea es hacer más ricardos a los ricos de otras naciones y con la complacencia del gobierno mexicano.
A pesar de que en encuestas realizadas, el 80 por ciento de los mexicanos estuvieron en contra de que los contribuyentes asumieran la carga financiera por las acciones agiotistas de los bancos irresponsables.
Bancos prestamistas como HSBC y Barclays que operan en Europa han sido presionados por el gobierno inglés para que tengan de capital miles de millones de libras esterlinas para proteger a los ahorradores e inversionistas, y al mismo tiempo, los obliga a reducir sus ganancias.
Dichos bancos amenazan con retirarse de aquellos países y buscar los paraísos como México, donde cobran a su antojo los intereses sobre tarjetas de crédito o cualquier tipo de préstamos, no obstante que exigen garantías del tres por uno.

Matemáticas del PAN

En la costosa campaña de publicidad que realiza el gobierno de Felipe Calderón, figura entre sus grandes logros la reducción de los altos índices de criminalidad.
Pareciera una broma, pero existen cientos de testigos quienes escucharon al dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, durante un evento en la reunión anual de los banqueros de México quien declaró lo siguiente: “Les voy a dar una cifra nada más para mover un poco el tapete; en los nueve años de gobierno del PAN el total de homicidios ha sido de 102 mil 995. En los últimos nueve años que gobernó el PRI, la cifra de muertos fue de 128 mil 995 muertos”.
Y el líder nacional panista no conforme con esa infame declaración, de manera absurda e increíble aún la defiende y explica el baño de sangre del gobierno calderonista: “Ahora la justificación existe porque se está combatiendo, antes la gente ni los contaba y son 25 mil muertos más”.
Con estas matemáticas de hechos sangrientos, don Gustavo Madero justifica el asesinato de cerca de 30 mil mexicanos durante la gestión de Felipe Calderón. ¡Para Ripley!