El plan elaborado meticulosamente por el PAN y su guía moral el presidente Felipe Calderón para descarrilar la candidatura del priista que busque llegar a Los Pinos, pasa sobre tres personajes del partido tricolor que dejaron sus gubernaturas el año pasado.
Todo un equipo de investigadores de las Secretarías de Hacienda, Función Pública, Seguridad Pública y PGR dedicados a rastrear cualquier ilícito cometido por Mario Marín, en Puebla; Ulises Ruiz, en Oaxaca y Fidel Herrera Beltrán en Veracruz. Así como los negocios ilegales de familiares y prestanombres de estos funcionarios en diferentes entidades a las que gobernaban.
Un intercambio de actividades fraudulentas para disfrazar registros de manera que resultara difícil detectar este novedoso tipo de franquicias oficiales. Los funcionarios poblanos tenían la cancha libre en Veracruz y Oaxaca y los jarochos en Puebla y en la vieja Antequera. Y los oaxacos al igual.
De tal manera que no se conocieran o llegaran a trascender los posibles negocios en la entidad que gobernaban.
El lodazal lo quieren destapar a fines de año. Cuando se calienta y llega a su punto de ebullición la campaña del cambio del Poder Ejecutivo Federal. Con estos deplorables ejemplos de coordinada corrupción quieren destruir el regreso del PRI a la Presidencia de la República.
Como siempre ocurre, el fuego amigo es el que adquiere en estos casos una gran proyección.
Hasta debajo de las almohadas están rastreando cualquier ilícito. No hay manera de ayudarlos, si alguien se interpone los recursos federales dejarán de fluir. De tal forma, lentamente empiezan a descobijarlos y empiezan a trascender personas y negocios involucrados en estos hechos.
Felipe Calderón tiene el sartén por el mango y en el caso de dos de los ex gobernadores es un asunto de índole personal.
Ya tienes, ¡Oh, Cicerón! vengada la República.

No hay brujos
Lo más acertado es que haya sido una coincidencia. Un día después que Maquiavelo había escrito sobre los primeros avisos de las profecías Mayas de lo que estaba ocurriendo como un preámbulo de que lo sucederá el 22 de diciembre en el 2012, vino la tragedia que aún vive el Japón, con el terremoto, tsunami y la amenaza nuclear. El vaticinar un sismo de esta naturaleza, ubicarlo en el lugar que ocurrirá y apuntar una hora es simplemente una conjetura que resultó cierta.

La importancia de los apellidos
Don Jesús Reyes Heroles, quien fuera el líder nacional del PRI, secretario de Gobernación, secretario de Educación y considerado el ideólogo del partido que había estado en el poder durante más de 70 años. Era estimado como uno de los funcionarios más inteligentes y brillantes de los últimos sexenios.
Poca gente tenía acceso a tratarlo, ya que a la mayoría de las personas las contemplaba de una intelectualidad inferior a su talento político. Su candidato natural para el gobierno de Veracruz fue Mario Vargas Saldaña, su director de Asuntos Políticos en Gobernación y su delegado preferido cuando estuvo en el PRI. Al único periodista que respetaba era el potosino Francisco Martínez de la Vega de la revista Siempre.
Fidel Herrera Beltrán consideraba que su hijo Jesús de los mismos apellidos tendría la misma capacidad y visión del viejo tuxpeño y le encargó el Plan Veracruzano de Desarrollo elaborado desde un elegante escritorio de la ciudad de México, el cual resultó un fracaso ante el desconocimiento de la realidad de la entidad veracruzana.
Herrera Beltrán se fue con la finta de los apellidos y se olvidó que el primogénito de su padrino de boda había fracasado como embajador de México en los Estados Unidos, y un gran desengaño para el liderazgo presidencial del PAN como director general de Pemex. Ayer, en la columna de Off the Record de Imagen, se detalla que el señor había cobrado 20 millones de pesos sobre el Plan de Desarrollo fidelista y que a los humildes burócratas xalapeños que tuvieron que corregirlo, ni el tiempo extra de su precario salario les pagaron.