El que fuera diputado convergente Alfredo Tress, miembro de la Comisión de Vigilancia de la pasada Legislatura estatal, reconoce que las cuentas públicas que fueron aprobadas estaban completamente maquilladas.
El biólogo Tress Jiménez asegura que los documentos que se les presentaban eran originales, que tenían un sinnúmero de errores y grandes fallas que no concordaban con la contabilidad presupuestal y estas eran corregidas señalando los equívocos y tenían sus severas recomendaciones y rigurosas advertencias. La cuenta pública que se aprobaba en el Congreso era otra muy diferente y venía modificada. Aunque tuviera grandes errores al momento de la votación era aceptada por una mayoría, que estaba compuesta por los legisladores del partido en el poder.
Las cuentas eran arregladas en la oficina del gobernador.
El diputado del PRI, Américo Zuñiga, que preside la actual Comisión de Vigilancia no comparte la información que le es proporcionaba por el titular del Orfis, Mauricio Audirac. Hasta al cuarto para las doce es cuando decide el xalapeño compartirla con sus compañeros de la Comisión, para ese entonces la larga lista de irregularidades ya está rasurada.
Se queja el diputado de Acción Nacional, el cuenqueño Francisco Lara, que él no tuvo acceso a los dictámenes de la cuenta pública del 2009 y que tenía que cubrir el irregular requisito de pedirla por escrito. Necesitaba permiso y esto sólo lo otorga, el líder del Congreso, doctor Eduardo Andrade, de esta manera controlaba si algún legislador muy comunicativo la llegara a filtrar a los medios. Una censura total estableció el locutor deportivo de Coatzacoalcos.
Existe un decreto que especifica que aprobada la Cuenta Pública ya no puede existir la menor investigación.
Así como los médicos ocultan en el cementerio sus errores la clase política entierra y desaparece sus latrocinios con la aprobación de sus compañeros de partido. Se guarda en un viejo expediente que se conserva celosamente en el archivo y pasado el tiempo es quemado. Al igual que la incineración de los cadáveres para que no exista la menor huella.

Excusa justificada
Encontraron tanto hombres como mujeres el pretexto ideal para echarse una canita al aire.
Según la revista The Journal Medical Association los últimos estudios basados en datos confirmados existen mayores riesgos de que ocurra un infarto hacia aquellas personas que realizan un ejercicio físico o sexual de manera esporádica.
La Universidad de Massachusetts concluye que los eventos cardiacos agudos se asocian significativamente cuando existe actividad sexual contenida por semanas o meses.
Es hoy en día la excusa de los infieles.
“El cardiólogo me recomendó que lo hiciera seguido con quien estuviera disponible.”

Olvidar malas noticias.
Cerrar los ojos y matizar la información sobre la violencia que inunda de sangre al país y minimizar la exhibición de las capturas de los jefes de los cárteles de la droga es la nueva encomienda del pacto del monopolio de Televisión Azteca y Televisa con el gobierno del presidente Calderón.
Ya no quiere la administración federal malas noticias sobre nuestro país. Busca evitar que se hunda la industria del turismo y que el mandatario mexicano deje de ser calificado como un gobernante frustrado por el presidente Barack Obama.
La regla no escrita de los periodistas mexicanos “una mala noticia es una buena noticia”; fórmula mágica para vender más diarios y atraer el indescifrable morbo de los televidentes y radioyentes. La empañada autocensura periodística respaldada por los industriales de la comunicación. Es la iniciativa México que apoya el lema gubernamental de “Vivir Mejor”. Fomentar la creencia de que vamos bien y viene lo mejor. En este ocultamiento de los hechos violentos las autoridades ya tomaron la decisión de quienes son los buenos y quienes los malosos.

fotO: TRESS

Alfredo Tress Jiménez.
IMAGEN DEL GOLFO


FOTO: VIVIR MEJOR