Más cuidado del Ejército en balaceras
Apuntan y disparan para amedrentar a la prensa
EN LA LINEA. Procurar a los civiles
Pese a las voces en contra, y al repudio de un sector de la población por la presencia de las fuerzas militares en las calles para combatir el narcotráfico, en resumen, no hay de otra. No le queda más al gobierno ante la corrupción y apatía de corporaciones policiacas municipales y estatales que entrarle al quite. Eso está claro.
Y es que si bien causa hasta miedo entre la población ver las caravanas de marinos y militares por las calles de la ciudad, también hay que reconocer que la delincuencia organizada está entre nosotros, en unidades habitacionales, en las calles, colonias y hasta fraccionamientos residenciales por alto nivel socioeconómico que tengan sus familias.
Ejemplo es lo ocurrido en Rio Medio la noche del lunes, y en cuya zona, altamente populosa, se produjo un enfrentamiento a balazos cuando todavía los vecinos de las calles Río Pánuco y Cabo Romain, veían televisión, esperaban a familiares de sus jornadas laborales y en las calles un tránsito vehicular y peatonal concurrido.
Hay que darle la confianza al Ejército en su lucha contra el crimen organizado, en sus rondines y operativos, pero también es de exigirles un mayor cuidado porque están combatiendo en medio de la mancha urbana. Donde las viviendas casi están encimadas, y la población es muy nutrida.
Aunque esto no implica que si el presidente Felipe Calderón mantiene como gobierno una política de lucha equivocada, se le deba retirar el voto para que las fuerzas castrenses sigan haciendo esta tarea. Ya lo dijo el ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, según un cable de wikileaks, en una reunión con el entonces embajador de Estados Unidos Tony Garza.
Fue en enero de 2006, cuando el abanderado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) detalló en su plan de gobierno, que contemplaba dar más poder al Ejército para combatir a los cárteles de la droga.
No se trata de enjuiciar la labor del Ejército, pero si la necesidad que tienen de anteponer en sus operativos el salvaguardar la vida de los civiles.
Este lunes el reportero de Imagen cubría el evento violento en Rio Medio, con saldo de cuatro presuntos sicarios abatidos en la refriega, y en el momento de que llegaba al lugar del acordonamiento, todavía unos metros antes, los elementos de la Marina y el Ejército dispararon al aire y con palabras obscenas los obligaban a retroceder. No sin que otros elementos les apuntaban sus armas, cuando enfrente las posibles armas agresoras, eran cámaras fotográficas y de televisión, y grabadoras.
En medio de la balacera, narra una testigo y vecino del retorno Cabo Romain, que los militares cruzaban por las azoteas de su viviendas, otros se apostaron en la casa de enfrente como un francotirador, desconectaron luces de la mayoría de las casas y se dio el enfrentamiento contra el grupo de personas que se parapetaron en una vivienda.
Durante más de una hora se intercambiaron los disparos, hay quienes hablan hasta del estallamiento de granadas, pero los vecinos estaban inmóviles en el interior de sus viviendas. Imaginemos el infierno y el pánico que estos debieron soportar, peor quienes tenían hijos pequeños en sus hogares.
Este no es el asunto, es obvio que es una situación extraordinaria, y que las tropas en ese momento están abocadas al choque con los criminales, pero se olvidan también de la población civil, cuando se supone que es una de las primeras acciones que deben realizar, la protección de los ciudadanos.
Y todavía familiares se acercaban a los elementos y el único consejo era que mejor les dijeran que permanecieron resguardados en sus domicilios, que ni salieran, efectivamente es un riesgo, pero si la situación estaba controlada, lo inmediato es pedirle a la población calma y darles tranquilidad de que el hecho ha pasado.
Un ejemplo, fue el operativo (hay quienes dicen masacre del capo de las drogas, Arturo Beltrán Leyva, y no era para menos) en Cuernavaca, Morelos, donde la operación fue tras una intensa labor de inteligencia realizada por personal de Semar, que culminó con un enfrentamiento en el fraccionamiento Altitudes en esa ciudad, pero donde lo primero que realizaron fue la evacuación de decenas de familias que vivían en el conjunto residencial.
Aquí en este puerto, minutos después de lo ocurrido en Rio Medio, pasada la media noche, se reportó la persecución de una camioneta presuntamente conducida por delincuentes que terminó impactada en un autobús, y se incendió con dos sujetos en su interior.
Alrededor de las dos de la mañana, sobre Miguel Alemán en la esquina de calzada de la Armada, contraesquina de la tienda Soriana, dos unidades militares tenían bloqueado el paso. Sin embargo, sin una señal que alertara de su presencia, y cuando alguien sorpresivamente pretendía doblar hacia Miguel Alemán era amenazada con sus poderosas armas.
Un elemento, que en medio de la noche apenas se alcanzaba a ver, con su mano señalaba el desvío de la circulación. Pero que hubiera pasado en esa noche donde ya estamos llenos de turistas, si en una camioneta de lujo con cuatro o cinco pasajeras, sin saber los hechos violentos que ocurren en otros puntos de la ciudad, se hubiera topado con este retén. Si algún sujeto en estado de ebriedad, con su camioneta de lujo, encerrado, con clima y el estéreo con volumen alto, se hubiera topado con los delincuentes al doblar en esas calles.
Sin duda, fácilmente hubieran sido rafagueados y además del saldo de diez de los delincuentes muertos, entonces sí hubiera alcanzado a civiles.
Hay que decirlo,, quizá sean suposiciones, pero más vale preever que lamentar. Y por ello, muchas veces se registran los ataques a civiles o mueren como resultado del impulso por la adrenalina y la tensión del momento. Pero es momento, de echar un vistazo y por encima de todo, saber que debe preservarse la vida de los ciudadanos, que nada tienen que ver, y que terminan siendo víctimas porque “estaban en el momento y el lugar equivocado”.
Esto no quiere decir, que la labor que realiza el Ejército y la Armada no sean dignos de reconocer, sino que sus operativos deben ser reorientados.
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