México es un país donde el nivel de desperdicio es enorme y alcanza proporciones escandalosas, debido a las carencias y los rezagos tan grandes que tenemos.
Para quienes crean que exagero, les invito a que analicen si tengo o no razón y que traten de dimensionar lo que le cuesta al país todo lo que se despilfarra:
Hay escasez de agua en muchas ciudades de México. Sin embargo, en muy pocas de ellas se trata el agua en forma adecuada, para reutilizarla en riego o para uso industrial.
Se gastan miles de millones de pesos para llevar agua potable a los hogares y después miles de millones en sistemas de bombeo y drenaje para deshacernos de las aguas negras que los centros urbanos generan.
Siendo el agua un recurso tan escaso, solo un bajísimo porcentaje de ésta recibe tratamiento y se reutiliza.
La mayoría de las aguas negras van a dar a los ríos, lagunas o al mar, causando una enorme contaminación que acaba afectando a todos los seres vivos.
Se desperdicia también la electricidad, cuando una parte del fluido eléctrico se pierde por instalaciones defectuosas que proliferan en las zonas irregulares, donde buena parte los que ahí viven se roban impunemente la luz.
Este desperdicio lo terminamos pagando quienes liquidamos puntualmente nuestro recibo y para quienes no hay borrón y cuenta nueva.
Se desperdicia la electricidad cuando las lámparas de alumbrado público permanecen encendidas a plena luz del día. Cuando en los edificios públicos y escuelas se quedan encendidas las luces toda la noche, aunque no haya nadie.
Se desperdician toneladas de papel cada vez que entra una nueva administración y como ofrecieron cambios, lo primero que se les ocurre es ponerle un nombre distinto a las secretarías existentes, para dar la impresión de que todo va a mejorar, cuando en realidad se trata solamente de un cambio cosmético y quienes lo decidieron no tomaron en cuenta que la papelería que tenían almacenada se echaría a perder, porque deberán imprimir otra con la nueva imagen de la institución.
Hay desperdicio de recursos cuando por compromisos políticos o intereses personales se llenan de recomendados las oficinas gubernamentales, a pesar de que ya tienen personal de sobra y por eso, una buena parte del presupuesto se sigue dilapidando en pagar sueldos a personas que no se necesitan y que muchas de ellas van a ocupar cargos sin tener las capacidades necesarias, por lo que solo van a grillar y a estorbar, malbaratando nuestros recursos que con mucho esfuerzo aportamos vía impuestos los ciudadanos pensando ingenuamente en que con ese dinero se mejoraría y ampliaría la infraestructura y los servicios, lo cual no se logra porque para cuando alguien piensa en atender estos rubros, resulta que ya no hay dinero, porque se gastó la mayor parte en la nómina.
Se desperdicia dinero cuando se contratan aprecios inflados obras, suministros o servicios públicos.
Se desperdician recursos cuando se inician obras públicas sin planeación alguna, ni proyecto ejecutivo y al rato se suspenden por falta de dinero; echándose a perder parte o la totalidad de lo que dejaron a medias.
También hay un grave desperdicio cuando se condena a la niñez y a la juventud al atraso y a la mediocridad, porque se suspenden clases con cualquier pretexto, con cualquier excusa tonta.
Cada día perdido, porque los profesores están en junta, porque hicieron puente, porque fueron a una manifestación, o simplemente porque tuvieron flojera y no les dio la gana de dar clases; es un día perdido más que se agrega a los rezagos históricos que llevamos a cuestas los mexicanos y que de no corregirse nos convertirán en perdedores permanentes, porque nos irá como en feria cuando compitamos contra países desarrollados cuyos estudiantes reciben puntualmente educación de calidad, durante un mayor número de días al año de los que reciben nuestros estudiantes.
Algo que resulta preocupante cuando vemos estos casos, es que muy pocos padres de familia se indignan y protestan cuando los profesores hacen puente y cobran su salario completo, a pesar de que no trabajaron y no lo desquitaron; porque se sienta un triste precedente de irresponsabilidad y apatía, donde las nuevas generaciones que ven dicho comportamiento, terminarán creyendo que es normal cobrar sin trabajar y que en México es posible exigir derechos sin antes cumplir con las obligaciones.
En lugar de exigir que los días de clases se respeten y no haya paros, ni puentes, las autoridades educativas nadan de a muertito, para que los maestros flojos no se vayan a enojar. Estos representan votos y quienes mandan no los quieren tener en contra.
Mi reconocimiento para los maestros responsables que sí cumplieron y no hicieron puente en estos días. Constituyen ellos una esperanza de que no todo está perdido en México. Ojalá y su buen ejemplo cunda para bien de nuestra patria.
No les parece a Ustedes?.
Muchas gracias y buen fin de semana.
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