Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Regalos, pipas y préstamos
Regalos, pipas y préstamos
2019-01-19 | 09:07:44

No cabe duda que la mayor parte de los gobernantes del mundo llegan al poder con la mejor intención de lograr que sus naciones avancen y que los ciudadanos mejoren su calidad  de vida.


Para lograrlo, requieren colaboradores que les ayuden en la tarea de gobernar. Algunos invitan a sus cuates y compañeros de partido, aunque no siempre tengan éstos capacidad para el puesto. Otros  tienen mayor visión y procuran rodearse de verdaderos expertos en cada una de las áreas que debe  atender la administración que  encabezan, porque  entienden que la tarea de transformar al país es una labor de largo plazo y ésta no puede llevarse  a cabo mediante improvisaciones ni ocurrencias y mucho menos de la noche a la mañana.


Para lograr los cambios que todos anhelamos, se requiere básicamente de una intensa labor educativa que no solo fomente los valores, sino también de manera muy comprometida  promueva la unidad nacional.


También deberá impulsarse una política que apoye y premie la superación de las personas, su esfuerzo y su dedicación al trabajo, su civismo, el ahorro, la formalidad así como su espíritu solidario.


Urge impulsar una política que facilite y simplifique las cosas, que no estorbe a los emprendedores con un mar de trabas, trámites y requisitos; sino que los anime a hacer su tarea, para que sean ellos, que si saben hacerlo, los que generen empleos y riqueza que distribuida con justicia reduzca las desigualdades actuales.


Por eso algunos gobernantes no solo invitan como colaboradores a personas capaces y honradas, sino que  además contratan como asesores a verdaderos expertos, quienes tienen la obligación de decirles siempre la verdad, incluso la  que  los propios gobernantes no quisieran escuchar.


Los expertos que los asesoren, además de capaces, deberán ser sensatos y prudentes; con la capacidad  necesaria para orientar a los gobernantes, para que éstos tomen las mejores decisiones y desechen las soluciones sacadas de la manga.


Esto, porque son tan complejos y variados los problemas que cada país enfrenta, que ningún gobernante tiene los conocimientos suficientes para abarcar todo, ni solucionar correctamente los problemas actuales y futuros de su país.


La ilusión de que ahora si vamos a salir adelante nos embarga a los mexicanos cada inicio de sexenio, cuando con el cambio de gobierno se renuevan las esperanzas de que ahora sí nos irá mejor y más en este caso cuando el titular del Poder Ejecutivo promueve la austeridad y la honradez.


Sin embargo, hay algo que hace bastante ruido y preocupa mucho. La idea que tiene el Presidente de acabar con la pobreza regalando dinero es arcaica, populista y definitivamente no funciona. Esa no es una solución.


Los pasados gobiernos, en mayor o menor grado, regalaron cientos de miles de millones de pesos y la pobreza en México aumentó en lugar de disminuir.


El regalar dinero genera votos, dependencia, conformismo y hasta aplausos, pero no reduce la pobreza.


No es obligación del gobierno resolverle a cada ciudadano sus propios problemas y carencias, porque no hay dinero alguno que le alcance para lograrlo.


La obligación del Estado es generar las condiciones necesarias para que cada ciudadano pueda superarse, emprender, invertir sus ahorros sin temor a perderlos, salir de su casa sin ser asaltado, trabajar donde guste, estudiar lo que quiera para desarrollarse en un ambiente de libertad y sobre todo  de seguridad.


El último compromiso adquirido, o mejor dicho la   ocurrencia de la semana, consiste en que el gobierno va a dar préstamos sin intereses y sin aval. Quiere convertirse en banco.


Veremos quienes devuelven lo que se les prestará tomando dinero de nosotros los contribuyentes.


Será tan difícil de entender esto?


Otra decisión de última hora es que las autoridades comprarán 500 pipas y contratarán a 2 mil operadores para resolver el problema de desabasto de combustible, solución carísima e ineficiente.


Por cierto, ¿quien planea tan mal las cosas?.


Si yo tengo un coche y necesito un chofer, contrato un chofer, no cuatro.


Si van a comprar 500 pipas, ¿por qué van a contratar cuatro veces más choferes que vehículos?.  Es pregunta.


Además transportar combustibles en pipa cuesta 1,400% más que hacerlo en ductos.


La eficiencia reducida a su mínima expresión.


Viva México!


Muchas gracias y buen fin de semana.


Hasta pronto.

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