Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Silvio, el turbulento
2018-12-20 | 08:18:15

De los tres aspirantes priístas a una magistratura, tal parece que a Silvio Lagos Galindo se le podría complicar más conseguir al menos dos de los tres votos que su partido tiene en el Congreso local.


Y es que debido a su fuerte temperamento, en el pasado el exdirector Jurídico del Sistema Estatal del DIF, exdirigente de la CNOP en Veracruz y exdiputado federal protagonizó serios desencuentros –por no llamarle de otra manera– con un par de correligionarios que actualmente ocupan una curul plurinominal en la LXV Legislatura del estado.


Una es la diputada local Erika Ayala Ríos, con la que en 2009 tuvo fuertes roces personales en la campaña electoral por la diputación federal, en la que Lagos Galindo llevó como candidata suplente a la lideresa sindical del Cobaev en la contienda por el octavo distrito conocido como Xalapa-Rural.


Según trascendió en aquella ocasión, las diferencias llegaron a tal grado que cada quien hizo campaña por su lado. Ayala Ríos fue anclada en la ciudad capital, mientras que Silvio recorrió los otros 18 municipios de ese inmenso distrito electoral.


Fueron los años en que Lagos Galindo, arrogante por la protección política de la señora Rosa Borunda de Herrera Beltrán, gozaba de tal poder que inclusive llegó a alucinar con que podía ser candidato a la gubernatura, lo que le generó también un fuerte conflicto personal con Javier Duarte, exsecretario de Finanzas y Planeación que en esa misma elección fue nominado como candidato a diputado federal por el distrito de Córdoba para destrabar el candado estatutario que hasta entonces lo inhabilitaba para ser postulado en 2010 por el PRI al gobierno del estado.


Una vez electo como diputado federal, Silvio dejó de visitar los municipios que le habían dado el triunfo electoral. Uno de ellos fue el de Úrsulo Galván, donde desairó al entonces dirigente de los productores cañeros del ingenio La Gloria, Juan Carlos Molina Palacios, quien lo había invitado a su informe de labores en diciembre de 2009 y no se presentó. Mandó a un representante personal, quien públicamente tuvo que aguantar el airado reclamo que ante millares de asistentes le hizo el entonces líder de los cañicultores de la CNC, agradeciendo en cambio la presencia en dicho evento de otros legisladores federales, entre ellos Duarte de Ochoa, Felipe Amadeo Flores Espinosa y Tomás Carrillo Sánchez, otro aspirante también a magistrado.


 ¿Podrá convencer ahora, nueve años después, a este par de diputados locales para que si logra ser seleccionado de entre otros 350 aspirantes, le den su voto para poder llegar al Tribunal Superior de Justicia del Estado? Ya se verá si aún le guardan rencor.

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