El 11 de noviembre son las elecciones para renovar la dirigencia estatal del PAN, y sin duda el proceso se vuelve más interesante pues no solo éste representa el destino del partido que como dice conocido comentarista del futbol, “la tenían, era suya (la gubernatura) y la dejaron ir”, sino porque decidirá el futuro político del grupo Yunes, la supervivencia de la familia que ha vivido por siempre en el poder y se juegan el destino de mantenerse vigentes en el escenario estatal y nacional.
Este miércoles en el café La Parroquia 200 años del exitoso empresario Angel Fernández, en charla informal con periodistas locales el candidato a la presidencia del CEN del PAN, Manuel Gómez Morín Martínez del Río, expresaría: “Vengo a unificar al PAN, que no se confronten” y más adelante diría que “el gobernador Yunes no se equivoque con el otro candidato Marko Cortés”.
Lo cierto es que en Veracruz los dos aspirantes a presidir el Comité Directivo Estatal de Acción Nacional, el actual líder José de Jesús Mancha que pretende reelegirse y Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, irán por el mismo aspirante a nivel nacional, en este caso Cortés Mendoza y quien se considera la continuidad del fallido candidato a la presidencia, Ricardo Anaya.
La incursión de los Yunes en el PAN y su ascendente carrera al interior del mismo, aún cuando siempre fueron calificados de neopanistas, se remonta al 2012 cuando el actual alcalde de Veracruz puerto, Fernando Yunes Márquez era impulsado por su papá dentro de Acción Nacional para llegar al Senado.
Como ha trascendido, en aquella comida en la casa del actual mandatario, se reunirían el entonces gobernador, Javier Duarte y un par de acompañantes de cada uno, y donde se estableció el pacto con Yunes Linares para que operara a favor del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto a cambio de que su hijo llegara al Senado, traicionando así a la abanderada albiazul, Josefina Vázquez Mota.
Duarte tendió la mano y un puente con quien había sido por siempre eterno enemigo de Fidel Herrera Beltrán el que a su vez le habría heredado el poder.
Aquel acuerdo con Duarte desata el rechazo de buena parte del panismo veracruzano hacia Yunes. Al saber esto se vuelcan a favor de su candidata con Julen Rementería a la cabeza y hacen fracasar el acuerdo de Miguel Angel para hacer ganar a Peña Nieto en Veracruz, lo que Yunes le reclama fuertemente a Duarte y provoca el rompimiento al culparlo ante el mandatario electo de haber traicionado el acuerdo.
A Yunes esto le molesta sobre manera pero sabe capitalizarlo con sus propios correligionarios pues se trenza en una encarnizada confrontación con Duarte. Y una vez que consiguió su objetivo de llevar a su hijo al senado, usa el rompimiento para recobrar la confianza de los azules.
La historia persiste y es sabido que duró los últimos cuatro años del sexenio, alentándola en el último tercio de la administración duartista para convertirla en bonos de su campaña como aspirante a la gubernatura que finalmente logró en el 2016.
En busca del poder político, Yunes no solo se crece al interior del panismo, y recupera la confianza de diversos grupos, sino que hace alianza con los diversos actores representativos, principalmente con Julen Rementería eterno suspirante natural a la gubernatura y con el propio, Joaquín Rosendo Guzmán, hoy confrontado con el clan Yunes y con quien se disputa la dirigencia estatal del instituto político.
Siendo Mancha el mediador para reconciliarlos, Julen es designado titular de la secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, mientras que el de Tantoyuca obtiene la de Desarrollo Agropecuario y Pesca, Sedarpa.
De esta forma, y a poco más de 20 días que se lleven a cabo las votaciones para renovar la dirigencia panista, ya con los grupos sin la presión del yunismo cuya derrota los dejó sin el control, hoy las tribus de Morena, y los principales actores como Cuitláhuac García, Rocio Nahle y Manuel Huerta aún dirigente de ese partido, tienen en sus manos la oportunidad de que Yunes sea borrado del mapa político, o que siga vigente.
El trabajo como opositor, que se cree sea la misma estrategia que hizo con Duarte, denostar todo lo que se mueva en la administración que él dejará a Morena, será donde busque garantizar su permanencia junto con su debilitado clan, pues hay un Yunes Márquez que ya no tiene ningún cargo, y un alcalde porteño que tendrá que ir contra la corriente, luchar en un municipio, donde todo lo que se haga mal es una caja de resonancia.
Así, Yunes buscará navegar con bandera de víctima, lo que menos le conviene a Morena y al gobierno entrante, además de seguir con su estrategia golpeadora, mientras que si encuentra la condescendencia de las tribus morenistas será el abono para su crecimiento y resurgir en el escenario político.
Por eso Yunes intentará con todo, ganar la elección del PAN el 11 de noviembre, bajo dos premisas. Si ganan, Yunes Márquez tendría asegurada una buena cartera en el CEN que le permitiría desde allí mantenerse vigente. En la planilla de Marko Cortés está propuesto como vocal que una vez ganando se convertiría en una secretaría importante.
Pero si pierden, se cree, quedará relegado en el mismo CEN y será el grupo del “Chapito” Guzmán quienes destaquen al recuperar el PAN en Veracruz.
El reinado está en debacle, por eso todas las fichas se han desplegado en este proceso interno. Con Fernando que enfrenta una pésima administración y diversos problemas para trabajar en el puerto, es el único que mantendrá cargo a partir del 1 de diciembre. Pese a ello, no se le augura un buen desempeño.
Por eso Miguel Angel, a nombre de todo el clan, le ha alzado la mano a Marko Cortés y le venderán la idea que ganó con el apoyo recibido por ellos, demostrándolo además al quedarse con el Comité Estatal.
El futuro que les depara en Veracruz pues, está en manos de Morena para dejarlos vivir políticamente o borrarlos definitivamente.
|
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto
Reservados todos los derechos 2018 |
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto
Reservados todos los derechos 2018 |