Hace apenas unos meses Guillermo Mejía Peralta, alcalde de la ciudad de Nogales, municipio en las Altas Montañas, era, a pesar de haber sido electo por el Verde Ecologista, un aliado incondicional y la cabeza de un grupo de ediles que abiertamente se pronunciaron en favor de quien era el candidato a gobernador por el PAN, PRD Y MC, Miguel Ángel Yunes Márquez.
El 10 de junio, un mes antes de los comicios también desertaron del partido Verde, Joel Molina Rojas del municipio de Acajete; José Luis Cortés Murrieta, alcalde de Jalacingo, y el propio Guillermo Mejía. La indicada de operar la “desbandada” de una decena de autoridades del PRI y Morena, fue la actual senadora electa plurinominal, Indira Rosales, quien los reunió y presentó ante la prensa para que se declararan yunistas.
Este mismo personaje hizo a un lado su juramento de amor eterno al PAN y a Yunes, “y muerto el Rey viva el Rey” y ahora es severamente criticado por sus gobernados además de que su imagen es deplorable en la región por los diversos comportamientos personales, públicos y políticos que ha adoptado.
En ese municipio preocupa el futuro de la ciudad debido a que Mejía, quien es alcalde por segunda ocasión, tiene manipulada la conciencia por su jefe de asesores y Consejero personal, Gerardo Gallina.
De esta forma, el pasado domingo sorprendió a propios y extraños al ofrecer una pomposa recepción al Gobernador electo de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez echando la casa por la ventana, y contrario a la política de austeridad que pregona la futura autoridad morenista.
Las críticas han calificado incluso que la recepción en manos de Mejía fue similar a una “boda de pueblo”, al colocar carpas blancas en la Laguna de Nogales, contratando al mejor paquete de la región y a unos meses de haberlo calificado como lo peor que pudiera pasarle a Veracruz, le ofreció sus respetos, queriendo “borrón y cuenta nueva”.
Las versiones son en el sentido de que fue éste quien principalmente promovió el boicot a los eventos de Cuitláhuac García en la región durante su campaña. Ya fuera en éste y otros municipios aledaños, incluso se cree que la operación para impedir que se cumplieran los eventos proselitista fue con recursos del erario.
El comportamiento “chaquetero” del edil nogalense no es nuevo, y del que al parecer nadie le ha hecho saber al mandatario electo.
Y es que en su segundo intento por ser candidato a Presidente Municipal de Nogales, Mejía Peralta fue rechazado por el PRI y por el PAN, se tuvo que arrodillar con el Partido Verde para que le dieran la candidatura.
Entonces juró y perjuró que moriría siendo Verde, pero en junio pasado olvidó todas sus promesas y se dedicó a denostar a Cuitláhuac García para entregarse por completo a Yunes Márquez de quien dijo era su amigo de toda la vida y que se sumaba porque era el mejor proyecto para Veracruz.
Se afirma que entonces en cada evento del panista, obligaba a todos los empleados municipales a llenar los eventos del conocido “Chiqui Yunes”, mientras que el día de la elección, dispuso de toda la estructura municipal para apoyar al PAN y a su amigo el panista que fue triturado por MORENA.
Así fue aquel 10 de junio cuando se declaraba panista y alzaba la mano del candidato al gobierno de Veracruz con una enorme sonrisa de felicidad. El primer pago político y quien sabe de que otro tipo fue que cuatro días después, el propio gobernador Miguel Angel Yunes Linares acudía a agradecerle el apoyo al Palacio Municipal de Nogales.
Y por si fuera poco, después de una reunión privada de una hora, el alcalde calificó a Yunes Linares como el mejor Gobernador de todos los tiempos.
Pero el domingo pasado, las convicciones panistas de Mejía Peralta dieron un nuevo vuelco. Ahora, según las versiones, dedicó toda su energía y recursos de ayuntamiento para agasajar y elogiar a Cuitláhuac García como “el mejor hombre para dirigir el destino de los veracruzanos”.
En la comilona privada le presentó a su asesor de cabecera Gerardo Gallina y se comprometió a ser el alcalde más morenista de todos los presidentes municipales del estado de Veracruz. Otro “chaquetazo” más del edil, quien del PRI pasó al Verde, luego al PAN y ahora se dice Moreno.
Las debilidades del alcalde de Nogales ya no sorprenden a nadie, pero si provocaron una andanada de críticas y descontento al interior de las huestes morenistas de la región de las altas montañas, ya que el gobernador electo sucumbió a la tentación de aceptar las seductoras atenciones de la cofradía de “Memo” Mejía.
La militancia le preparó sendas viandas para agasajar a Cuitláhuac con quien utilizó todo tipo de artimañas para convencerlo. Y Cuitláhuac parece no darse cuenta de la “fichita” con la que está tratando y rápidamente se deja envolver por los encantos de éste y otros de la familia Chamaeleonidae, en alusión al reptil que cambia de colores con una amplia gama de estos.
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