Por Maquiavelo
Columna: Se dice
Veracruz está paralizado
2018-08-09 | 09:54:53

Al fin decidió el gobernador Yunes Linares cambiar de actitud y buscar cerrar su corta administración de lo mejor posible de ahí que haya suspendido la nominación de magistrados y dejar que sea el ingeniero Cuitláhuac García el que los designe.


 Son demasiadas señales las que ha recibido el actual gobernante sobre lo que está ocurriendo a nivel nacional y con lo ocurrido en Chihuahua con su compañero el gobernador de Chihuahua, el rebelde Javier Corral que buscó el acercamiento y el apoyo del tabasqueño. Por fin entendió el peleonero gobernante veracruzano que tiene que cambiar ya que corre el riesgo que le cobren todas las groserías y amenazas que profería al entonces candidato presidencial de Morena en sus visitas a la entidad.


Para su mala suerte ayer fue liberada su amada protectora del pasado y acérrima enemiga del presente,  la profesora Elba Esther Gordillo, quien no olvida y tampoco perdona las traiciones y sabe el político choleño de la fuerza política que posee dentro del magisterio nacional.


Se quedó sólo Miguel Yunes Linares y le preocupa su futuro, también el de su familia que absurdamente involucró en un complejo quehacer que sólo se ejerce de manera individual.


Un pensamiento universal que se ha perdido en México es aquel, de que no es digno de una persona de mandar,  quien no es mejor que sus subordinados.


La corta administración de Miguel Yunes Linares aún no termina, faltan más de tres largos meses para que se vaya. Hay que dejarlo que acabe, aunque el resultado de las elecciones en la mejor prueba de la falta de aprobación de su gobierno.


Mientras que inicia su sexenio Cuitláhuac García, el estado de Veracruz está paralizado a pesar de que hay un gobernador en funciones y el electo que se encuentra recorriendo la entidad. Esperan la visita de López Obrador en el próximo mes para que este estado empiece a funcionar.


Hay que aguardar los tiempos, a nadie le conviene que le vaya mal en este cierre a Yunes Linares, tampoco es bueno que exista esta duplicidad en las esferas oficiales. El gobernador en funciones debe entender que gobernar es pactar, lo que no implica ceder. En la aritmética política, dos y dos jamás son un cuatro.


Un gobierno es más fuerte cuanto más puede consentir en su seno lo que se actúa en su contra.


Hay que tener paciencia,  pero parece que esta virtud no existe entre los supuestos ganadores y no saben a quién acudir para que sean los nominados.


Los padrinos políticos del pasado no existen en esta administración estatal, algunos confunden las viejas y sólidas amistades con los compromisos electorales, aspectos muy ajenos a los ideales y principios de las luchas políticas sostenidas cuando no existía Morena y ni siquiera había nacido el actual gobernador electo Cuitláhuac García.


Las actividades profesionales no se mezclan con las complejas tareas gubernamentales, el amiguismo debe estar divorciado con la eficiencia, experiencia, talento y capacidad del  servidor público.


Son necesarias muchas generaciones humanas para poder pasar de una forma de gobierno a otra muy diferente. El funcionario que promete menos será el que menos nos decepcione.

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