El 15 de noviembre por ley el gobernador Miguel Yunes Linares deberá presentar su último informe de gobierno ante el nuevo Congreso local. Es capaz de no presentarse y mandarlo por escrito con todo el recelo de enfrentarse ante una legislatura dominada por el partido Morena.

Será el final de la peor administración estatal que se recuerde, hasta se afirma que superó por mucho a Javier Duarte de Ochoa, quien ocupaba ese blandón de ser lo más nefasto que ha tenido la entidad.

Haber tenido durante su corta y pésima gestión a una Cámara de Diputados local totalmente servil hasta el grado de violar estatutos y leyes que rigen la allanada autonomía e independencia del Poder Legislativo.

¿Cómo será su salida… por la puerta de atrás?

Tendrá el coraje y el orgullo de lo que representa ser un señor gobernador de Veracruz.  Su carácter bravucón y jactancioso lo obliga a dar la cara.

Para los periodistas que lo conocen años atrás en diversas circunstancias,  no creen que se deje dominar por el miedo del rechazo y por ende del ridículo de un pusilánime ejecutivo estatal, sobre todo cuando toda su vida había soñado con ser gobernador de Veracruz,  sería lamentable que el acto final de su larga carrera política tuviera ese triste y sombrío desenlace.

Están para Ripley

La idea de quedarse con el estado de Veracruz como un patrimonio familiar es una locura que se maneja en los pasillos del palacio de Gobierno donde aseguran que ahora que perdió las elecciones el gobernador Yunes Linares pretende quedarse a través de alguna ilegal maniobra con la operación del World Trade Center, inmueble oficial que construyera Dante Delgado Rannauro y lo modernizara Miguel Alemán.

Todo se puede esperar cuando se tenía la certeza que seguirían gobernando y el pueblo veracruzano votara en contra. Resulta muy difícil aceptar que todo se termina y se aferran a conservar el poder que solo les fue prestado.

La visión sobre el cambio

El investigador universitario Rafael Arias, el analista político con mayores conocimientos sobre el acontecer de la atropellada transición del cuestionado gobierno de Yunes Linares con la administración oficial del primer partido de izquierda en el estado de Veracruz, que operará el ingeniero Cuitláhuac García, en una conversación con el periodista insurrecto que labora en el Corporativo Imagen del Golfo le dijo lo siguiente:  No hay, como algunos piensan, improvisación o precipitación en las acciones emprendidas por el presidente electo AMLO. Simplemente hay que tener presente,  fechas y  calendario que hay que cumplir, para no esperar ni desaprovechar, más bien empezar a emprender acciones que conformen el anunciado cambio. Reconciliar y reorganizar es el reto y la oportunidad.

Así que quienes creen que pueden seguir resistiéndose al cambio ordenado por los mexicanos, deben entenderlo y aceptarlo; más, quienes como en Veracruz, se han propuesto sabotear, obstaculizar la transformación, incluso hasta imponer incondicionales para evadir sus responsabilidades y  extender sus arbitrariedades y abusos.