Ayer se tuvo la reunión de los gobernadores del País con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, en esta cita conocieron los ejecutivos estatales que el poder y el dinero que manejaban a su antojo llegaron a su término. Los que sentían virreyes se acabó. Se habían convertido en protagonistas de la política nacional.

No importa que Miguel Ángel Yunes Linares haya asistido porque él va de salida o mejor dicho se encuentra de huida. Lo salva si hubiera seguido como jefe político en el estado de Veracruz teniendo a un Presidente de la República al que retaba públicamente y lo ofendía cada vez que visitaba la entidad.

Nunca vio Yunes al candidato presidencial tabasqueño como un adversario político sino alguien más que un contrario electoral, lo trató con un aborrecimiento enfermizo y una hostilidad endemoniada. Se transformó en un energúmeno con odio jarocho.

El problema es personal y así debiera de quedar, pero no se entiende que haya involucrado en este enfadado y perjudicial pleito a la familia y de paso a todos los miembros de su gabinete.

Funcionarios estatales y municipales a los que embarcó en este tirante antagonismo y los obligó a desviar recursos para la campaña de su primogénito, los cuales, ahora, serán sujetos a investigación, a pesar de que ellos van alegar y tomen como único pretexto que sólo atendieron órdenes precisas del gobernador del estado.

Si a los servidores públicos les daba pena haber pertenecido al equipo de Javier Duarte, a los yunistas les da vergüenza cargar con ese calificativo.

Demandan los Yunes a la Profeco

Están justificadamente muy molestos en el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares y en el cuarto de guerra de su candidato hasta el grado que van a presentar una demanda en la Profeco por el engaño que sufrieron, porque sacaron menos votos de los que compraron.

A los culpables de este engaño electoral merecen un castigo ejemplar, porque no es la primera vez que lo hacen y en esta ocasión cobraron el doble. Afectando la economía del pueblo veracruzano.

Hay que reconocer que el candidato Miguel Ángel Yunes Márquez tenía toda la razón al asegurar que venía lo mejor para Veracruz, su atinado vaticinio se va a cumplir y así será con un presidente de México que se siente veracruzano y un gobernador como Cuitláhuac García que no permitirá que sigan robando los miembros de la alta burocracia.

El mérito a la respuesta oportuna

Tuvo su recompensa el líder estatal de Morena, el capitalino Manuel Huerta al ser nominado coordinador del gobierno federal en Veracruz. Era de los pocos funcionarios partidistas que no se quedaba callado y le respondía al gobernador Yunes Linares de manera inteligente y con toda la fuerza que otorga la cruda realidad de lo que se vive en la entidad y apegado a hechos verdaderos.

Como en todos los partidos políticos tuvo sus encuentros con morenistas de antaño y quiénes son los fundadores auténticos de este movimiento.