Existe en el puerto de Veracruz una fuerte corriente de sadismo político donde se ventilan viejos rencores en contra de las autoridades estatales y municipales, como que les gusta el masoquismo a los funcionarios panistas que perdieron en las pasadas elecciones. Dan como un hecho que el alcalde Fernando Yunes Márquez, podría presentar su renuncia antes de que termine la administración de su padre el gobernador Miguel Yunes Linares.

¿Los festejos de los 500 años del puerto que llevan meses de estarse preparando lo celebrarían otras autoridades? Aspectos que no concuerdan con la realidad existente.

Cuando la familia aseguraba que después del gobierno que no se logró con el primogénito, sería el exsenador el que seguiría en el palacio de gobierno, daban como un hecho que la monarquía yunista estaría por décadas vigente. Situación política que para fortuna de los veracruzanos ya no ocurrirá.

El ciudadano ha sabido disfrutar el triunfo de Morena como nadie, en las victorias muchos se acreditan el triunfo de Cuitláhuac García, lo de López Obrador ya lo daban como un hecho.

Pareciera que lo único que importaba en los comicios del pasado primero de julio es que ninguno de los Yunes siguiera en el poder, hasta el grado de dar como un hecho la renuncia del alcalde del puerto de Veracruz.

No podemos afirmar que sólo este tsunami electoral ocurrió en Veracruz fue general a lo largo y ancho del País. Mientras el nuevo presidente y los suyos siguen creciendo, los opositores potenciales se diluyen en lo que es ya un desequilibrio de fuerzas nunca visto en la historia de la democracia mexicana.

El final de la magia de ser funcionario

Siempre se pensó que tener un cargo importante dentro del gobierno federal o estatal era como sacarse la lotería por los elevados sueldos, la oportunidad de hacer grandes negocios y una serie de privilegios fuera de serie.

Ahora resulta que ser un burócrata de altos vuelos es todo lo contrario por los lineamientos de AMLO para el combate para la corrupción y la aplicación de una política de austeridad republicana, se perdió todo el encanto de ser funcionario importante en el sexenio que se inicia a fines del presente año.

Ahora se corren los riesgos al quedar suspendidos todos los fueros de los funcionarios públicos. Aunado que son considerados como delitos graves el tráfico de influencias, la corrupción, cualquier tipo de asociación entre servidores públicos y particulares para cometer fraudes.

Cuando se apliquen estas medidas la gran mayoría de la tradicional clase política mexicana se dedicará otros menesteres que les sean más redituables. ¿Cómo explicar a la familia que las prebendas que gozaban van a terminar?

No habrá ningún tipo de bonos más que el salario integral que devengan. Los gastos de viáticos se limitarán a lo indispensable. Se suprime toda partida de gastos médicos privados.

Nadie podrá contar con guardaespaldas excepto los funcionarios destinados a la seguridad pública.

Las más afectadas eran las amigas cariñosas y los miles de aviadores que siempre han existido.

La magia del poder y del dinero público se esfumó.