Como era de esperarse, el candidato a gobernador del frente PAN-PRD-MC, Miguel Ángel Yunes Márquez, está pagando caro la novatada que acaba de cometer con la ocurrencia de pretender contratar al exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, como asesor en materia de seguridad pública en caso de ganar los comicios de julio próximo.

¿Lo habrá consultado previamente con su padre, el gobernador en funciones Miguel Ángel Yunes Linares? Se supone que no. Aunque si lo hizo, tantito peor.

Pero, además, ¿por qué pensar en contratar a un asesor extranjero cuando Yunes Márquez tendría en su papá al mejor consejero en esta materia? ¿O no fue él quien en su campaña de 2016 prometió abatir al 50 por ciento los índices criminales en los primeros seis meses de su gobierno al presumir que él era el único de los tres candidatos que sí sabía cómo hacerlo por la experiencia adquirida en las áreas de seguridad pública como alto funcionario en los gobiernos del estado y de la Federación?

Además, a diferencia del exalcalde neoyorquino, Yunes Linares –el “Yuliani” veracruzano– al menos sí tiene un diagnóstico amplio y certero de la situación que prevalece en la entidad, tal como quedó plasmado en su Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018, publicado en el número extraordinario 476 de la Gaceta Oficial del Estado, del 29 de noviembre 2016:

“El tema de inseguridad es uno de los más preocupantes en todos los veracruzanos, lo cual se hace evidente en el número de desaparecidos, homicidios, feminicidios, amenazas, persecución, asesinato de periodistas, que permanentemente destacan en las diversas publicaciones de medios de comunicación.

“La población de todo el Estado se encuentra inmersa en la incertidumbre y el temor, derivados de la acción del crimen organizado que de manera creciente realiza asesinatos, secuestros, robos y extorsiones, con una ínfima respuesta de las autoridades locales, llámese municipios o sistema de seguridad estatal, a pesar de los enormes recursos que se han destinado a la seguridad pública, y bajo la sospecha de complicidad con la delincuencia, que genera una profunda desconfianza de la ciudadanía en los cuerpos policiacos y de seguridad pública.

“Los efectos económicos, políticos y sociales derivados son preocupantes. Cierre de pequeños y medianos comercios; estancamiento y recesión industrial; decremento del autoempleo y empleo regional. De igual manera las actividades agropecuarias han resentido la recesión económica, siendo la ganadería un foco rojo con los secuestros de ganaderos y sus familiares. Socialmente se ha detectado el incremento sustantivo de la migración de familias enteras que huyen de la inseguridad a otros estados del país o al extranjero”.

Ante estos “retos y compromisos de gobierno”, Yunes Linares proponía una serie de “acciones para enfrentar la emergencia de seguridad pública”, las cuales, al parecer, no han sido suficientes para disminuir los índices criminales en estos 17 meses de su administración.

¿Por eso es que su hijo se aventó la puntada de querer contratar al “Yunes” de Nueva York?