Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
La Toma: justicia selectiva
2018-04-05 | 09:29:31

Al día siguiente del trágico motín en el penal de La Toma, en Amatlán de los Reyes –cuyo saldo, hasta ahora, es de ocho muertos (entre ellos seis policías) y más de veinte heridos–, fueron detenidos el exdirector de dicho reclusorio, Valentín Hernández Santiago, y el ex subdirector Ángel Daniel Moreno Trejo, los cuales han sido vinculados a proceso y sujetos a seis meses de prisión preventiva  por los presuntos delitos de estragos agravados en perjuicio de la seguridad y abuso de autoridades en agravio del servicio  público.


 


Sin embargo, esta acción expedita de la Fiscalía General del Estado no ha sido suficiente para atemperar los ánimos entre la irritada tropa de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado que sigue condenando a través de las redes sociales la ineptitud de los altos mandos de la SSP que provocó la absurda muerte de sus seis compañeros.


 


Y es que obviamente se preguntan si la responsabilidad solamente será de los exdirectivos del penal, o si también habrán incurrido en negligencia los jefes policiacos que descuidaron la coordinación y ejecución del fallido operativo.


 


Exponen, por ejemplo, que esa noche del sábado 31 de marzo, sus camaradas ingresaron al centro penitenciario sin armas de fuego, a oscuras y en número muy inferior a la población carcelaria, además de que  los delincuentes que tenían el control del penal ya habían sido alertados con anticipación del operativo para trasladar a sus líderes a un reclusorio de máxima seguridad.


 


“Esa noche todo debería ser secreto, pero la inteligencia con que cuenta la delincuencia organizada les permitió saberlo con antelación y organizar barricadas y amotinarse, generando caos, incendiando todo y apagando las luces. Los jóvenes elementos que llegaron no estaban preparados para toparse con un conflicto de ese tamaño. Seis de ellos y un desconocido fueron tomados como rehenes y encerrados en un cubículo, donde los hirieron con picos y palos, además de prenderles colchonetas para quemarlos”, detallan en uno de los relatos difundidos en redes sociales.


 


Pero también aportan otro dato interesante. Afirman que los mandos superiores tardaron mucho para entrar al “rescate de los niños”, como llaman a los jóvenes policías de reciente formación. “No había mando”, reiteran, recriminando que Carlos Cárcamo Pasarón, delegado del Mando Único en Córdoba, quien “es compadre” del secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, “no le quiso entrar al parche, se hizo el aparecido cuando el desmadre ya había pasado.”


 


¿Por qué le “sacó al parche” Cárcamo? ¿Se arrugó un hombre con su amplia trayectoria policiaca? Suena absurdo, pues a principios de marzo de 2015, cuando el entonces titular de la SSP, Arturo Bermúdez Zurita –actualmente recluido en el penal de Pacho Viejo–, le dio posesión como delegado de la Región XXI en Córdoba, el secretario duartista resaltó precisamente la experiencia del compadre de Téllez Marié en el mando de elementos, pues por esas fechas su carrera policial era de 35 años.

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