A sólo 149 días de finalizar el período de cuatro años de los actuales Ayuntamientos, las condiciones de saber qué se logró hacer en cada uno de los ramos y qué no se pudo, comienzan a ser tema de cuestionamientos entre los corrillos sociales de nuestra región, porque aquí no sólo es Coatzacoalcos, sino que se trata de los 212 municipios del estado de Veracruz.
No hay temas especiales en el que se pueda analizar y opinar de manera directa sobre qué o cuáles fueron las obras o programas directos emanados de cada administración de su correspondiente demarcación libre y soberano que se supone son los gobernados por alcaldes o presidentes municipales. Por lo regular, la primera impresión que sale en automático es que no pasó nada, no se lograron concretar todas las promesas de campañas.
Y es un tema que por lo regular se adelanta en la afirmación, vamos que nunca será así, porque es la naturalidad o costumbre de esta política nuestra, pero también por la diversidad de complicaciones en el actuar de cada administración. Las acciones negativas y repentinas que suelen aparecer en un período, vienen a impactar en los presupuestos y lo bien que se planea acaban por diluirse y más, como en el caso especial de Veracruz que producto de malos manejos en las finanzas de un gobierno saliente, dejó a esta entidad en el peor de los desastres económicos.
Coatzacoalcos y Minatitlán los municipios de mayor peso en la zona sur, se quedaron estancados en varios rubros, sobre todo la de obras y servicios públicos tan necesarios como el de vialidad, en donde las grandes extensiones de concreto hidráulico que solían verse, quedaron un tanto frenadas; se lograron unas, pero se descartaron otras tantas.
En el renglón de construcción de nuevas escuelas, ya no fueron de relumbrón y de las que aún se resisten a ser vencidas por el tiempo, al menos con un poco de mantenimiento tienden a continuar sirviendo a los cientos de nuevas generaciones de estudiantes de los niveles básicos.
Sin lugar a dudas el tema de inseguridad, es un renglón que tiene acaparados a todos, pero no por su solución, sino por el grotesco crecimiento que ha penetrado a las entrañas; que hay zozobra, miedo, temor, pero a la vez ha perdido el asombro de tanta barbarie, porque hasta de ello se ha hartado nuestra sociedad, que ya no es noticia que se ensanchen los grandes titulares mediáticos mostrando lo que jamás pudiéramos haber pensado que esto estaríamos viendo y sintiendo en este nuevo siglo. Semejante pues a aquél que inició casi junto con la Revolución Mexicana, donde los ideales se confundieron y de grandes caudillos que luchaban por desterrar a los malos gobiernos, luego se convirtió en la más grande anarquía; robos, secuestros y asesinatos.
Pero decíamos, claro que de estas administraciones dejan mucho que desear. Hay razones o del por qué no se lograron aterrizar las grandes tareas, se entiende que han sido paliativos y a mediana estatura lo poco que se ha logrado. Sin embargo, en los 149 días que le quedan a los cuatros largos años de trabajo, los actuales cabildos tratan de hacer algo más para aprovechar hasta el máximo los recursos que aún les quedan en los rangos presupuestales.
Se esperan cierres interesantes, pues a pesar de todo, los recursos llegaron a los Ayuntamientos y quienes han sabido administrarlos dentro de lo correcto, seguramente tratarán de entregar cuentas y, que si ya no son de los objetivos marcados cuando en campañas políticas se ventilaron, cuando menos quedarán en el plano del buen intento.
Pero hay de aquellos que hayan hecho mal uso de las finanzas, porque aseguran quienes abanderados por otros colores y que entrarán al relevo dentro de 150 días, que sí habrán auditorías para esclarecer puntualmente en qué se utilizaron los recursos y por qué las deudas que es casi un hecho que quedarán como siempre, pendientes a merced de que las pague el que a continuación tome las riendas.
Y no hay tiempo para más, en menos de cinco meses la esperanza de ver cristalizados los deseos de un mejor municipio está en manos de los que hoy, quizá tampoco sepan si cumplieron o se quedaron a medias; de aquellos regidores y síndicos que se hayan puesto el overol, porque de los que nacieron buenos para nada, a esos hoy los impulsa el deseo de saber hacia a dónde les tocará continuar con su farsa de políticos trabajadores.
De Coatzacoalcos por decir algo, era común esperar cuántos kilómetros más crecía el largo malecón costero, porque en la idea del oriundo de esta tierra sueña que algún día no muy lejano, puedan bordear toda la costa, para llegar con facilidad a los grandes fraccionamientos que han sido motivo del crecimiento hacia el poniente de la que un día fue llamada “La Ciudad de Las Avenidas”.
De Minatitlán era común saber cada que inicia una nueva administración municipal si el gran bulevar que comparte con el municipio de Cosoleacaque, habría de sufrir el más perfecto cambio para ilustrar una conurbación de poblaciones que se jactan de tener también grandes industrias o que ya podrá contar con edificios culturales y unidades deportivas dignas para una pujante juventud deseosa de espacios.
Desafortunadamente, se van cuatro años y quedará para otra mejor oportunidad. Y vendrán otros cuatro más, según dicen se avizoran austeridades complejas, por lo que las otrora ciudades de la industria petrolera del sur de Veracruz, seguirán padeciendo de las incongruencias políticas, quizá producto, dirán otros, de una mala elección conseguida.
Así que la cuenta regresiva del reloj de arena no se detiene, cada grano que se escurre es señal de que está por terminarse y por ende al voltearlo de nuevo, literalmente a soñar otra vez que lo que viene será mejor. ¿Pero aún así, qué novedades podríamos esperar por el resto de los meses que les queda a las actuales autoridades?.. ¿Qué cuentas habrán de rendir en el último informe?....




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