Desde el primer segundo de este día, se acabaron todos los actos de campaña a favor de tal o cual candidato, tal o cual partido. Lo que se les permitió y hasta lo que no, ya quedó atrás. Fueron 30 días que se pudo conocer de todo un poco. De los buenos y de los malos, pero ya es historia sus formas propagandísticas en donde sacaron el extra, para convencer a quienes tenían la obligación de hacerlo.
No hubo cambios en las estrategias aplicadas, pero sí imitaciones de la vieja usanza y de las aparentemente nuevas. Es decir prácticas que en todo el mundo se realizan y aquí, con el poco alcance intelectual, no fue la excepción, se desarrollaron. Eso sí, nadie en términos generales se lanzaron a “matar” si me permiten el acervo. Críticas de siempre, los dimes y los diretes como los clásicos de un lavadero donde las “comadres” salen a sacar sus “trapitos al sol”.
Fue un mes en donde el pinto y el colorado afloraron sus más altas finuras de su lenguaje (?) para convencer a los que el 4 de junio habrán de depositar, como lo marca la ley, el sufragio con el señalamiento plasmado del candidato y partido político que le haya convencido.
Eso sí quedaron atrás, las aberrantes pintas de bardas, las cuales se peleaban todos por describir ahí los mensajes de todo tipo para llamar la atención de una ciudadanía y aunque algunos sí aprovecharon las condiciones que le permitieron las reglas, esto ya pertenece al pasado, con tanta tecnología que incluso, descartaron a los casi extinguidos rotulistas que hacían su agosto en estos tiempos propagandísticos.
Ya no se escuchará en la Radio, ya no se verán en la TV ni en espacios especiales en los medios impresos, ni en redes sociales, los que sean directos de los partidos que contienen en estas elecciones. Y cualquiera que irrumpa esta determinación, se someterán a las sanciones que desde protestas y sanciones, hasta la anulación de una elección.
Ya nadie podrá sonar latas de aluminio llenas de piedras, ni música ensordecedora por doquier, anunciando las bondades de sus candidatos. Absolutamente nada de propaganda. A partir de hoy y hasta que llegue la hora final de los comicios, sólo se podrán realizar comentarios, análisis y críticas de un sistema o programas y claro de la inducción para que los que estén edad de votar, vaya y ejerzan este derecho que les permite la constitución, el arma más importante, para manifestar una inconformidad.
Es decir, cada uno de los que tenemos la responsabilidad de emitir una opinión, lo tendremos que hacer en apego al derecho, sin caer en la intención o línea por un interés, pues al final de cuentas, consiste únicamente en trasladar un sentir y que, quienes tengan que decidir por los que consideren ser los mejores, son los propios ciudadanos.
Pero eso sí, nada podrá impedir que lo que se tenga que decir a través de la palabra escrita se haga. Vivimos tiempos difíciles en donde hay muchas inconformidades, que nadie está a gusto de nada, por las formas corruptas, por procederes de ambición de unos y de otros, porque lo hemos dicho, nadie se salva. La política es tan sucia, que en cualquier parte de este planeta se ve y ocurre.
Cada uno de los que tendremos la oportunidad de manifestarnos el próximo 4 de junio, lo haremos con una verdadera vocación de cumplir como responsables de nuestros deberes. Que nadie obligue a nadie a marcar o señalar por el color que deseen. Es sólo la voluntad personal y que nadie sepa cuál fue su decisión final, de ahí que el voto es y será siempre libre y secreto.
Coatzacoalcos es el centro de atención en la región sur de Veracruz, por su alto potencial de todo lo que, según se dice, vendrá a esta región. Por ello se pelea, por esa razón los reflectores se enfocan a este sitio. Tuvimos la oportunidad de escuchar a todos y reitero, la mayoría a la vieja usanza, los mismos patrones y los mimos personajes que buscan un interés personal, con la falsedad de sus inquietudes que las llevan muy a fondo y para muestra, una y otra vez, ahí están las descalificaciones y testimonios de los que se creían impolutos y que resultan tener “cola que le pisen”.
Ojalá que lo que se verá el próximo domingo, sea uno de santa paz, que haya civilidad, y que no se rebasen los límites, porque al final, es un daño a nosotros mismos. La lucha que sea ahí, que la diferencia se de ahí, en las urnas. Que el triunfo salga de ahí y que no sea empañado.
Creo en la civilidad de la gente adulta, de los jóvenes y deseo que por el bien de todos, quien salga vencedor y de buena forma, porque así será, que se respete y que como buenos perdedores, se estreche literalmente la mano del ganador porque si todos, según buscan el mismo fin, lo mejor para nuestra ciudad entonces, quien haya elegido la ciudadanía, será porque así quiere que sea. Si se equivoca, que el tiempo dé la razón.
Amigos lectores, mis apenas dos o tres creo yo, les solicito que salgan a votar, que tengan un tiempo prudente en este 4 de junio y vayan con la familia, hijos, padres y abuelos a cumplir con esta tarea. Que no haya apatía y mucho menos desidia y lo mejor, que sepan decidir y elegir, sin que les tiemble la mano, ejercer su derecho cívico. ¡Está en juego el futuro del Coatzacoalcos que todos queremos ver!
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