Sí, pareciera que no hay memoria, que el enojo y coraje de esto y lo otro, pasara como aguas tranquilas, moviendo molinos y arrullando con sus aspas expeliendo el viento anunciando que todo está bien.
Pareciera que a nadie interesara la vida socialmente hablando de una inmensa masa poblacional que grita, que se rasga sus entrañas y llora esperando que ese mesías llegue para salvar y sanar los grandes males del que se padece; falta de trabajo, oportunidades de desarrollo y paz social.
Pareciera que del pueblo; el niño, el joven el adulto y los ancianos estuvieran a expensas de lo que pregonen y expresen los devaluados políticos que no cambian, que sin darse cuenta siguen pensando en que son los mismos tiempos en que todo lo que se diga se cree. Hoy son solo se ven actores malos y de bajos perfiles que no invitan a nada.
Sin embargo, no hay nadie que los pare, que los sacuda, o que se les señale también como la basura de nuestra sociedad. Quien se sienta político por sólo buscar y mentir, hoy son letras muertas para una sociedad que si en un siglo creyó en estos, pasaron al sector de la ignominia. Ser político es sinónimo de mentiroso, farsante, soberbio y cruelmente falso. Ninguno se salva, pues al final todos tienen una cola que le pisen.
Cualquiera que busque una posición política más de las tantas que han acumulado a lo largo de su miserable trayectoria de tiempos, buscan más beneficios personales que el bien para los demás, en pocas palabras, “nadie da paso sin guaraches”, la mayoría está hecho con el mismo molde de la voracidad, de ahí que los más ricos, sin una carrera académica sobria y profesional, son los políticos mexicanos y así qué se puede esperar de estos tiempos de hambre. Los gobernantes dicen que hacen y se esfuerzan, pero los rebasa la reyerta, caen en sus mismos errores, no pasan de la misma línea de aquellos que hicieron y deshicieron.
Pareciera que este pueblo oprimido por todas las fallas que se han cometido, sólo estuviera esperando peroratas de más circo político. Ni bien se termina una y están a punto de comenzar otra. Todos dicen lo de siempre, que van a proponer, que van a cabildear que buscarán los conductos adecuados, pero la gente está desesperada por no contar con una fuente de empleo y es lo que menos alientan, sino al contrario, minimizan esta necesidad y ahí está el golpe de los recortes presupuestales. Se acabó el Servicio Nacional de Empleo, por decir algo.
Pero no sólo es éste el fin de una oportunidad que tenían los que no cuentan con un oficio, sino que ahora se vislumbran grandes recortes. El sector petrolero es el tema que sin duda impactará, porque es una historia anunciada de que miles de plazas dejarán de existir. En unos porque ya no son productivos, en otros por el exceso de personal o porque la tecnología y Reforma Energética los ha rebasado.
Nuestra región sigue y seguirá siendo la más castigada del país, porque si en este sentido desde que se acabó el boom petrolero de los años 80´s, en la parte sur de Veracruz; fueron los indicios que el sector petrolero tendía a acabarse por el florecimiento de otras zonas que al igual que al de Coatzacoalcos y su región, hoy Campeche y Tabasco, comienzan a sentir los efectos de lo que está “muriéndose” y no hay indicios de recuperación.
Y aunque se den paliativos con el solo anunciar a los cuatro vientos de la llegada de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), que en este caso le toca al Corredor del Istmo de Tehuantepec, donde incluyen por decreto los polos de Coatzacoalcos, Veracruz, Salina Cruz, Oaxaca y Puerto Chiapas. Por ahora los que aún viven, no creen que puedan alcanzar a ver cristalizados los sueños de una región pujante con muchas facilidades de trabajo, de grandes comercios, para que los nuestros ya no tengan que emigrar a otros lugares o países en busca de lo que aquí, los políticos no hacen absolutamente nada y está en ellos, porque son los diputados y senadores quienes hacen cambiar las leyes para un mejor desarrollo de las acciones de la vida nacional.
Sin embargo, el pueblo es noble, sigue esperanzado en que pronto llegará el mesías que lo iluminará todo y que hará que haya mucho trabajo, dinero y se viva en paz. La esperanza de los necesitados es pues, el aprovechamiento de los que cada vez que inician campañas políticas, continúan prostituyendo las de por sí trilladas formas de engañar a los que menos tienen.
Por lo tanto, esos que ya tuvieron la oportunidad de ocupar un cargo de elección popular, llámese presidente municipal, diputado, senador o gobernador y que siguen buscando algo más; lo hacen por las necesidades de un pueblo o para fortalecer aún más su riqueza personal. Ahí está la destrozada vida social como respuesta a lo que ahora opino.
Estamos a 38 días para que la aplicación de una reglamentación deje de escucharse y verse. Las actividades de cualquier aspirante a cargos de elección del Proceso Electoral Federal 2017-2018 inicia precisamente el 8 de septiembre y a 334 días de saber quién será el nuevo presidente de la República, pero no sólo eso, sino que serán motivo de elección un total de 3 mil 326 cargos, entre ellos como señale el del ejecutivo federal, diputados locales, federales, senadores y 9 gobernadores, entre ellos Veracruz.
Y decíamos pues, será otra prueba más para esta sociedad sedienta de todo, para saber cómo y de qué forma aceptará otra virulenta campaña política que se avecina, en la que se dirán y conocerán de todo con la acepción que cada quien habrá de tener sobre la simpatía o creencia de los actores que estarán en escena. Luego entonces, de ahí el cuestionamiento del que hoy me ocupo.
Y si me disculpan, les comento brevemente que la ausencia en este espacio, se debió a cuestiones de salud. Pero ya se ha superado lo más difícil. Y aquí estamos al pie del cañón. Para comentarios y opiniones que agradezco mucho a quienes se han ocupado de estos a verdadypolítica@outlook.com y en facebook en Verdad y Política “La Parresia de hoy”.