El debate legislativo en el que se supone el fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortíz podría ser removido fue suspendido por el grupo legislativo del PRD quien presentaría la solicitud para revocarlo. El principal promotor de dicha propuesta es el ex funcionario duartista y diputado local de ese partido, Sergio Rodríguez Cortés.

Lo anterior porque el conocido “ratón amarillo” como le llamaba el entonces gobernador Javier Duarte por su alto grado de corrupción y exigencias económicas al frente de las dependencias donde lo designó, se sintió ofendido cuando en días anteriores el funcionario judicial calificara como “bola de corruptos” a todos los legisladores.

La molestia entonces del Fiscal fue porque no aprobaron o dieron curso al desafuero del alcalde de Fortín de las Flores, Armel Cid de León Díaz, de quien dijeron no podían ser procesados por el delito que se le acusaba, al golpear a una mujer, debido a que contaba con un amparo lo cual, aseguró el fiscal, era una mentira.

A raíz de ello el PRD amagó con presentar el punto de la remoción dentro de otros 50 temas a analizar en la sesión de ayer, lo que finalmente utilizaron de pretexto para no incluirlo, pero es sabido que por razones políticas finalmente no se hizo.

Si tienen razón o no los legisladores en este tema que finalmente quedó fuera en una decisión tomada por la Junta de Coordinación Política (Jucopo) el lunes por la noche es otro boleto, lo cierto es que si alguien es el menos indicado a pugnar por ello, peor, a indignarse porque les llamaron corruptos, es el ex alcalde de Ciudad Mendoza, el perredista Rodríguez Cortés.

En lo que más se debe preocupar el flamante legislador es en limpiar su imagen que circunda por las redes sociales como un verdadero corrupto, con las fotos semi desnudo y en medio de una cama de fajos de billetes de mil pesos, la que después se dijo, fueron filtradas por el PRD, y son de al menos un par de años anteriores a la elección para gobernador. So pena todas las demás escenas en excedido estado de ebriedad y otros desmanes.

Si no tuviera cola que le pisen entonces no habría desistido a dar marcha atrás en la propuesta de la fracción legislativa de su partido, pues es todo sospechoso, incluso ayer mismo negó que se hubiera frenado por la denuncia que pesa en su contra por robo calificado. Lo que podría llevarlo al desafuero y a la cárcel si el fiscal así lo quisiera.

En tanto, el PRI fue el que no quitó el dedo del renglón. El Fiscal ha sufrido severas críticas por parte de diversos sectores, principalmente de los grupos colectivos de activistas que buscan a sus familiares desaparecidos.

El propio Winckler se ha disculpado pero es obvio que requiere de una serie de elementos que convaliden al joven funcionario como un político que sepa darle el tratamiento adecuado. Aunque se resista a aceptar que debe ejercer la política.

El gobierno de Miguel Ángel Yunes es el de la transición. Es el emblema de una nueva etapa democrática en Veracruz que finalmente se concretó y por ello no solo Winckler sino la mayoría del gabinete debe estar a la altura no de Yunes ni del PAN ni del régimen, sino de los aires demócratas que rigen a Veracruz y que se avecinan.


MUY EN CORTO

BOGAR. TRAPOS AL SOL. En Alvarado, el candidato del PRI y Verde Ecologista, Bogar Ruiz Rosas pensó que nadie se acordaría de su oscuro pasado, pero en ese municipio y más en la cabecera, a los alvaradeños nada se les escapa.

Y ayer en un portal de noticias y luego en las redes sociales fue viral la noticia sobre los antecedentes del ex alcalde y quien compitiera por el PAN a la diputación suplente en la pasada contienda y, no les sacaron sus trapitos sino trapotes al sol.

Enfrenta dos procesos legales que ya salieron a la luz pública. Ambos por reclamos judiciales a quienes incumplió diversos convenios a despachos de abogados.

Las denuncias fueron interpuestas contra el hoy aspirante a gobernar ese municipio, bajo los expedientes 1611/3016 y 1547/2016 en el Juzgado sexto de primera instancia. Ambos por no haber cubierto honorarios por servicios profesionales. De 75 y 200 mil pesos respectivamente.

El problema para el abanderado del Verde no es tanto enfrentar esos líos judiciales sino más bien la imagen y los malos antecedentes que esto le propina a una persona que quiere dirigir los destinos de un municipio. Pues aún en Alvarado se requiere honestidad.