Lo que pasó en Veracruz ya se considera que también el PRI podría perder la Presidencia de la República, con el mismo esquema del voto de castigo, Javier Duarte de Ochoa y Enrique Peña Nieto, son los políticos que se encuentran en los niveles más bajos de popularidad.

El mismo sello de la corrupción es lo que marcó este derrotero del sufragio Anti-PRI que permitió la alternancia en Veracruz y que complica de manera sustancial al aspirante del partido tricolor de vivir en Los Pinos.

Rumbo al 2018 ya no se puede seguir jugando con las mismas cartas marcadas de Beltrones, Gamboa, Osorio Chong o Eruviel Ávila, se requiere una nueva imagen ajena al viejo priismo.

Con los resultados del pasado domingo se señala que está terminando la época del PRI, como partido ganador. Se les dio a una patada a los gobernadores de seis estados donde gobernaba el otrora “partidazo”.

Se terminó el mito de Javier Duarte de Ochoa, como eficaz operador electoral, el político veracruzano que no había perdido nunca una elección y que era su carta de protección, para que no lo cambiaran, no obstante la formal petición a la cúpula para evitar que perdiera el aspirante a sucederlo.

La generación de jóvenes gobernadores priistas fue un experimento que fracasó, Medina, de Nuevo León, Duarte, de Veracruz y Borge, de Quintana Roo, solo fueron utilizados para una exitosa campaña mediática de candidatos opositores que los convertía en turistas permanentes de los reclusorios estatales.

Les dejaron la mesa puesta a los candidatos a gobernadores de partidos de oposición. La única propuesta que hacían era la promesa de que los políticos ladrones tenían que devolver lo robado. En el cumplimiento de este compromiso de castigar a los que cometieron estos abusos es la tarea del gobernador electo donde se juega su futuro.

No se descarta tampoco que hubo traidores tanto del gobierno federal como estatal que torpedearon la gran tarea electoral de Héctor Yunes, no hay peor enemigo que el que trae el rostro de un amigo.

Morena el de mayor votación

El partido político que obtuvo el mayor número de votos en la pasada elección de gobernador fue Morena, con su candidato Cuitláhuac García Jiménez, fue de 721 mil 427 sufragios. El PAN logra en alianza con el PRD para su candidato Miguel Ángel Yunes Linares 945 mil 560 sufragios y el PRI en coalición con cinco partidos teniendo a Héctor Yunes Landa como candidato obtiene 887 mil 197 votos.

Como instituto político solitario fue el que comanda Andrés Manuel López Obrador, los demás para superarlo en número de sufragios tuvieron que ir en alianza para superar la cifra de Morena.

La magia y la frialdad de los números permiten conocer la preferencia real del electorado veracruzano.

Por otra parte, no se descarta que varios partidos políticos van a impugnar esta elección. No se explican el por qué se niegan las actas certificadas de los distritos de Córdoba y Tuxpan donde la diferencia es mínima.