El que haya intervenido el SAT de la Secretaría de Hacienda en la investigación de las empresas fantasmas que involucra a funcionarios estatales y familiares del gobernador Javier Duarte de Ochoa se complica seriamente la situación porque no hay manera de esconder ante esta dependencia federal el pago de impuestos y el escudriñamiento de las abultadas cuentas bancarias.

Especialmente, porque en una de esas empresas de mentiras se desviaron mil millones de pesos y en otras 18 hay depósitos superiores de recursos públicos a los cien millones de pesos, lo que viene a quintuplicar el monto de los desvíos iniciales que era de 645 millones de acuerdo a lo dado a conocer por la empresa periodística Animal Político.

Se les vino a enredar seriamente este problema de corrupción para los miembros del gabinete duartista que se habían enriquecido de una manera escandalosa, ya que estaban seguros y tranquilos que el sistema utilizado era difícil de ser detectado por tratarse de operaciones normales de compras y servicios que realiza el gobierno.

El fisco ahora sabe que se tratan de operaciones ilegales de empresas con domicilios fiscales falsos y socios inventados. Para colmo de males, 24 de esas empresas no tienen registrado a un solo empleado. Ni siquiera salpicaron y mucho menos crearon una sola fuente de empleo.

Es una verdadera pesadilla la que empezarán a vivir estos funcionarios que engañaron con adjudicaciones directas o licitaciones simplificadas.
Cuando les llueve al gobierno de Javier Duarte, es en serio, unos días antes el ex presidente Felipe Calderón había denunciado retiros de una cuenta bancaria de una sucursal del Banco Santander en Xalapa por tres mil millones de pesos, el dinero era sacado al día siguiente que era depositado por el gobierno federal.

Asegura Calderón Hinojosa que hubo una investigación por parte de la PGR, Hacienda y el SAT, pero se mantuvo el criterio judicial, que el gobernador Duarte podía hacerlo porque era un dinero que le correspondía al estado de Veracruz.

Además, eran los tiempos de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto y se hicieron movimientos extraños como aquellos 25 millones que le fueron detectados en un viaje privado al aeropuerto de Toluca. Había ciertos compromisos de Felipe Calderón para que ocurriera la pactada transición con el PRI.

Vida de príncipes

Los sueldos que se autorizan ellos mismos, los líderes nacionales de los partidos políticos, resulta que son los más altos, ya que llegan a cifras de seis números, los de Ricardo Anaya del PAN, Arturo Escobar del Partido Verde Ecologista y Luis Castro del Panal que creara Elba Esther Gordillo.

Realmente son percepciones que proceden de las prerrogativas que reciben los partidos políticos, cuyo origen son de recursos de dineros públicos. Dinero de los impuestos del pueblo mexicano. La costosa democracia de nuestro país.

De que es un buen negocio crear un partido político no hay la menor duda.