No hay dinero suficiente para pagar las pensiones, porque buena parte de los recursos destinados a cubrirlas, han sido malbaratados y saqueados impunemente durante décadas.
Tampoco hay recursos suficientes para pagarlas, porque el actual sistema de pensiones está colapsado, ya que las expectativas de vida se han incrementado considerablemente y las aportaciones que se hacen a las instituciones estatales encargadas de otorgarlas, no han aumentado en la misma proporción.
Hace ya muchos años, cuando se hicieron los cálculos actuariales para determinar las pensiones y la edad de retiro, las personas vivían en promedio 50 años. Esto hacía que al jubilado se le pagara su pensión cuando mucho durante 5 años en promedio.
Actualmente, dichas expectativas han aumentado a 78 años y hay burócratas que se han jubilado a edades tempranas, es decir al cumplir 50 años e incluso antes, teniendo aún capacidad física y mental para trabajar unos años más, lo cual nos obliga a pagarles su pensión durante 25 o 30 años, con recursos que debemos aportar quienes sí trabajamos producimos.
Como las reservas destinadas a cubrir las pensiones no alcanzan, la diferencia tiene que pagarse con dinero de nuestros impuestos, lo que ocasiona que no haya presupuesto suficiente para atender otras prioridades.
También se cubren dichas pensiones con préstamos que algún día deberemos terminar pagando entre todos mediante nuevos incrementos de impuestos. Y es que finalmente, los sueldos y pensiones de quienes no producen, son cubiertos por quienes sí producen.
El problema actual es que el dinero que cada año se requiere para pagar las pensiones, especialmente las de la burocracia, está incrementándose en forma exponencial, mientras que las aportaciones a los organismos encargados de manejarlas, no suben en esa proporción, ni se ha aumentado de manera adecuada la edad necesaria para jubilarse.
Esto por falta de visión, temor a los sindicatos y exceso de demagogia de las autoridades. Si no se corrige pronto este problema, en poco tiempo no habrá dinero alguno que alcance.
Hasta ahora, los recursos faltantes los aportamos quienes si trabajamos y cuyo número desafortunadamente va disminuyendo proporcionalmente, mientras se incrementa la cantidad de ninis y jubilados.
Un problema más:
Algunos pensionados de instituciones estatales, por irresponsabilidad de los funcionarios, que por cuestiones políticas las autorizaron, reciben mega pensiones y otros incluso varias pensiones a la vez; cuando muchos ni siquiera trabajaron el tiempo establecido por la Ley ni cumplieron con todas las formalidades.
En contrapartida, otros jubilados que por su avanzada edad ya no pueden trabajar, reciben una pensión que ni siquiera cubre sus necesidades elementales, lo cual también es injusto y debe ser atendido.
Todo esto requiere cambios y ajustes cuya implementación tiene un elevado costo político, que difícilmente aceptarán pagar las autoridades.
Por eso los políticos actuales no solucionan el problema, sino que imitan a uno de los monarcas franceses quien dijo: “Después de mí, el diluvio”. Esos políticos simplemente continúan dejando que la bola de nieve crezca, para que paguen los platos rotos quienes en el futuro estén a cargo del país.
¿Como para preocuparse desde ahora, no les parece a Ustedes?, porque el diluvio que viene le tocará a nuestros hijos y nuestros nietos.
Muchas gracias y buen fin de semana.