Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Cuando un amigo se va...
Cuando un amigo se va...
2015-09-26 | 10:44:49
Hoy hablaremos sobre las personas que desde la trinchera que escogen, se entregan al servicio de los demás con verdadera vocación. Esta clase de ciudadanos desafortunadamente no abundan, lo que hace que cuando encontramos a alguien con esas cualidades, lo valoremos y tratemos con especial afecto. Comento esto, porque cuando fui electo alcalde de Veracruz, hace ya algunos años, me preocupé por invitar como colaboradores a quienes consideré que por su capacidad, entusiasmo y compromiso con la ciudad; podrían ayudarme a cumplir mejor los objetivos que nos habíamos fijado. Uno de mis colaboradores más cercanos y sobresalientes fue el Doctor Eduardo Reyes Hidalgo, quien como Director de Desarrollo de la Comunidad, desempeñó con magníficos resultados las tareas que le encomendamos. Su entusiasmo, capacidad para planear y organizar las cosas; su puntualidad y sentido de responsabilidad, su entrega, seriedad, honradez, cultura y caballerosidad, fueron elementos vitales para cumplir siempre de manera destacada con todo lo que le encargamos. Durante
su gestión como Director impulsó y difundió la cultura, organizó conciertos e instaló bibliotecas en las comunidades más alejadas de nuestro municipio. En opinión de muchos, esta tarea no ha sido superada. Tan buen trabajo realizó, que cuando fui nombrado Coordinador General de Puertos y Marina Mercante, no dudé en invitarlo nuevamente para que continuara apoyándome en un cargo similar, solo que a nivel federal; lo que nos permitió enlazar a los puertos con las ciudades a través de la cultura, la comunicación, la buena voluntad y la participación ciudadana. Él fue pieza fundamental de la organización del primer centenario de la modernización del Puerto de Veracruz y gracias a sus gestiones, logró que tanto el Príncipe Carlos de Inglaterra, como representantes destacados de diversos puertos del mundo, nos visitaran en aquélla memorable ocasión. Al concluir su labor, el Dr. Reyes Hidalgo regresó a la docencia que tanto le apasionaba. También a su consultorio donde atendió a sus pacientes con dedicación, calidez y profesionalismo. Maestro de muchas generaciones de
médicos, se preocupaba por la formación integral de sus estudiantes, inculcándoles valores y sobre todo hablándoles de ética; tan necesaria hoy en día y tan ausente por desgracia en muchas aulas universitarias. Siempre actualizándose en su profesión, el Dr. Reyes Hidalgo fue autor de diversos libros y artículos relacionados con la geriatría. A través de esta especialidad, continuó sirviendo a los demás, especialmente a los ancianitos, con un gran sentido humano. Hombre de fe, buen esposo, buen padre de familia, abuelo cariñoso, maestro de muchas generaciones de médicos, funcionario honrado y eficiente, mexicano productivo, comprometido con su patria y gran amigo, se nos acaba de adelantar en el viaje sin retorno. Dios lo llamó a su presencia el pasado 21 de septiembre. Quienes fuimos sus amigos extrañaremos sus consejos y su preocupación por nuestra salud. Ahora, él descansa en paz con la satisfacción del deber cumplido. Envío a su apreciable familia, a través de estas líneas un abrazo afectuoso.
Muchas gracias.

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