Ante el desprestigio ocasionado por los conflictos de intereses y los sonados casos mediáticos de Ayotzinapa, Tlataya y la fuga del siglo entre otros temas, el presidente Enrique Peña Nieto, acudió a una salida sana, decorosa y firme en su mensaje con motivo de su tercer informe de gobierno al señalar que ahora es al propio gobierno al que le toca apretarse el cinturón.

Cuando el horno no está para bollos y por lógica el clamor general es de reprobación a su mandato, EPN, demuestra al mundo que los políticos que razonan y reflexionan sobre la verdadera realidad de un país, llega el momento de hacer un alto, reconocer errores y retomar fuerza, sin ir para atrás.

Con la impunidad y la corrupción en los niveles más elevados de la historia nacional y con los efectos nocivos a doce años de ingobernabilidad en los dos sexenios panistas de Fox y Calderón, el PRI regresó a los Pinos con Enrique Peña Nieto, al darse un voto de castigo a los gobiernos panistas que emularon a Maximiliano y Carlota.

Ahora el gobierno de Peña Nieto, pretende seguir en el camino de la gobernabilidad y el de la modernización legislativa con la implementación de las leyes reglamentarias a los históricas reformas energética, educación y de materia electoral entre otros avances que han pretendido darle un esquema mayor de inversión a una nación que demanda empleo y crecimiento económico.

Antes de su informe el presidente Enrique Peña Nieto, hizo enroques en su gabinete y ordenó cardenal a Aurelio Nuño, a fin de que se meta a la lucha por la carrera presidencial o por el gobierno del la ciudad de México, en donde aquí en este último asunto no se descarta impulsar también a la ex perredista Rosario Robles.

Los analistas dieron cuenta que en la madrugada del día de los cambios se daba ya como un hecho que Aurelio Nuño, iría a la secretaría de gobernación con lo que se dejaba el camino abierto a Luis Videgaray para la futura candidatura presidencial.

A la supuesta decisión de quitar a Miguel Angel Osorio Chong, se le dio reversa ahora tiene la oportunidad de tomar mayor fuerza, aunque los expertos ven al secretario de hacienda y al ahora secretario de educación como los que van de punteros en las preferencias futuristas, al que también se agrega el nuevo titular de la SEDESOl, José Antonio Meade. Aunque en política nada está escrito.

En Veracruz, los expertos en el análisis político, ofrecen distintos comentarios en torno a que a que el secretario de gobierno, Flavino Ríos Alvarado, ha sido el único funcionario en todo lo que va de la administración del gobernador Javier Duarte, de que con valentía, fuerza y decisión ha salido a dar la cara para defender al mandatario estatal de la desproporcionada guerra mediática a la que ha sido sometido en los casi cinco años de su mandato.

Ahora Duarte, ya no está sólo y desprotegido políticamente, por que el doctor Flavino Ríos Alvarado, tiene la solidez, la experiencia, el talante y el talento para realizar un trabajo institucional de resultados que lo ponen por lógica en la antesala de la candidatura al gobierno estatal y en donde con certidumbre y honestidad se ha negado.

Flavino, simplemente con la calidad moral de siempre, ha dicho que al terminar la administración duartista, se prepara para ir a disfrutar y cuidar de sus nietos, lo que habla de un hombre serio congruente por su firmeza de ser todo un personaje de la vida política veracruzana, que hoy da equilibrio ante las fuerzas oscuras a las que se ha enfrentado el gobernador Duarte desde el inicio de su mandato.

El agua siempre busca su nivel esa es una regla natural dicha entre los hombres sabios de la construcción y desde los antiguos tiempos egipcios de los grandes artesanos que dieron paso a la confraternidad más poderosa de toda la humanidad hasta nuestros días como parte del pensamiento liberal. Así las cosas.