El cuarto poder y la prensa

El dilema actual de los periodistas y medios de comunicación, es el mismo de siempre, el debate entre dueños y los que escriben. Por eso el caso de la famosa comunicadora Carmen Aristegui, forzosamente tuvo que tocar fondo como una crisis más relacionada con la libertad de expresión y la censura, que se ejerce desde el poder público natural en el asunto de los convenios de comunicación.

Ahora en la segunda crisis que enfrenta con la empresa de radio MVS, Carmen Aristegui está en su mejor papel de víctima, como ha sido su costumbre, porque la ética precisamente no es su principal valor y precisamente quedó descubierta en las grabaciones a un reconocido personaje de la política veracruzana que ahora opera en el PAN. Miguel Angel Yunes Linares.

La gente en su mayoría desconoce los alcances económicos de la información y el manejo en las noticias. Por eso Aristegui, pisó chueco al pretender erigirse en adalid del periodismo de investigación, cuando es conocido que en este país, existen pocas garantías para ejercerlo.

En la osadía de retar al poder público a través del periodismo de investigación, Carmen Aristegui, puso a temblar al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, con el asunto de la famosa Casa Blanca, que obligó a que se declarara a que existe un problema de conflicto de interés, cuando en la realidad en todo aparece la empresa HIGA y Televisa.

También hay que decirlo, la televisora de Chapultepec, reforzada ya con el espaldarazo de EPN, tiene de su lado para lo que se pudiera ofrecer a la nueva titular de la PGR, hermana del poderoso presidente de noticieros, Leopoldo Gómez, con lo que se manda un mensaje de una seria interpretación para propios y extraños.

En el caso Aristegui, los expertos en el tema de la comunicación saben que la comentarista de radio, tiene un fuerte sesgo en sus programas en donde se ataca al gobierno y se enseña el cobre con las preferencias a impulsar a personajes de clara tendencia opositora el gobierno priista en turno.

En el gobierno peñista, se da la misma dosis de intolerancia de otros gobiernos pasados en donde priistas y panistas han ejercido la censura con quienes son enemigos a su causa.

En el gobierno del presidente José López Portillo, se hizo famosa la frase: “no te pago para que me pegues”. Esto relacionado más con los medios electrónicos.

No se puede dejar pasar que en el presente mandato EPN tiene el respaldo absoluto de Televisa y de TV Azteca, y por lo mismo se da una pinza que pareciera la defensa del América y el Morelia, en un mismo equipo de futbol en donde no pasa ni el aire y tiene a su servicio a las televisoras, igual que a las empresas de radio, no así a los medios impresos y cibernéticos que se mueven peligrosamente en el campo minado de la libertad de información.

Los periodistas aderezados del famoso cuarto poder que los sabios y experimentados reporteros se han negado a aceptar, saben que en los momentos de mayor éxito profesional sienten que pueden llegar a tocar la luna, en los acuerdos con políticos, empresarios y todo tipo de personajes de poder.

Aquí por ejemplo, el también comentarista de radio Padro Ferriz de Con, retó al gobierno peñista y como si se tratara de bullyng escolar el famoso comunicador que quiso ser como Dios, osó retar al gobierno federal, porque se quedó enamorado de los gobiernos panistas, y más temprano que tarde, le hicieron su chamba con las grabaciones que pusieron al descubierto su tórrido romance con su amante una colaborara, con la que sostenía una ardiente relación que estuvo a punto de costarle su matrimonio, aunque si le costó la chamba y por lo mismo amenazó en pasar a la fila de los políticos para hacer la contra con mayor y mejor provecho, pero por lo pronto permanece en la fría congeladora.

Por lógica las empresas concesionarias de radio y televisión, se deben (deber ser imperativo categórico de la filosofía de Immanuel Kant) a las concesiones del gobierno y por lo mismo están sujetas a cambio como su propia programación o de lo contrario los efectos de todos conocidos ya en un promedio de cincuenta años en donde conflictos de todo tipo con los colegas de la prensa.

Hay que recordar al famoso Carlos Loret de Mola, ex gobernador de Yucatán, se le ocurrió escribir el libro de sus memorias y un accidente automovilístico le quitó la vida junto a su secretaria. Don Carlos fue un reconocido comentarista político que en Veracruz se le escuchó muchos años, todas las mañanas en los noticieros del Grupo FM.

Ahora también, Carlos Loret de Mola, pero nieto, el comentarista de Televisa, involucrado en asuntos de infidelidad de cama y también con una colaboradora en donde fue ventaneado, se aventó fuerte en forma por demás perversa y deleznable, en contra del gobernador Javier Duarte, quien con mucho respeto sólo se concretó a decir que no estaba de acuerdo con su dicho, porque sencillamente las estadísticas dicen lo contrario.

Loret de Mola, un tipo perverso y mañoso, se mofó y burló del gobernador Duarte, por su forma natural de su voz y de la forma de hablar, en lo que se constituye en una total falta de respeto para el ser humano que público o no, en ningún momento puede ser objeto de burla de nadie.

Con todo respeto, y en el clásico lenguaje jarocho al joven “don Juan” Carlos Loret de Mola, un recordatorio alvaradeño a nombre de muchos veracruzanos. Porque acá en estos lares una mentada de madre bien ganada, no se le niega a nadie.

Tener una pluma en la mano no le da derecho a burlarse de un ser humano y trátese de quien sea político o no.

Como hace falta en la televisión personajes de la talla de Jacobo Zabludovsky, Raúl Hernández, Mario Schultz, Raúl René Trujillo y Jorge Arroyo, entre muchos que hicieron escuela, pero nunca formaron barbajanes como el joven Loret, que seguramente no estudió. “Acúsalo con tu mamá Quico”. Hoy el nivel de la televisión es otra cosa, “que pase el desgraciado. Así las cosas.