Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Cosmovisión
2015-03-04 | 21:03:30
Nadie descifra el enigma de Veracruz

Cuando el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, apenas en su segundo año de mandato, describió a su sucesor se supo de inmediato que se trataba de Javier Duarte, ahora mandatario estatal.

En la entidad más politizada del país, el político de Nopaltepec, con inteligencia contuvo con todo a la desbocada caballada de políticos, en donde todos sus amigos, se sentían con derecho para el relevo en la sucesión.

De la mano del entonces mandatario estatal, Javier Duarte, fue nombrado subsecretario de administración y finanzas, de la SEFIPLAN, para luego ascender a la titularidad de la dependencia. Posteriormente obtuvo la diputación federal por el distrito de Córdoba en donde el PAN de Felipe Calderón, le mandaron al grandote de Cerro Azul como su contrincante.

Después, Duarte ya como diputado federal, con la bendición del Tío, se dedicó a caminar el estado y sin problemas venció en las urnas al panista Miguel Angel Yunes Linares.

Ahora ya con presidente del PRI en los Pinos, la situación cambia en la famosa gubernatura de dos años, en donde supuestamente ninguno de los actores políticos priistas quieren ser, porque se les hace poco el tiempo, hay quienes con visión, consideran que el cargo le queda a modo al licenciado Ignacio Morales Lechuga, porque se trata de alguien que tiene la conexión y la interlocución con propios y extraños.

Además, de que en los nuevos tiempos del presidente Enrique Peña Nieto, al político de Poza Rica, se le ha visto positivamente a tal grado que los analistas no lo descartan para que en el 2016, pueda venir a unirse a las fuerzas veracruzanas a trabajar por esta entidad.

Pero también, en ese sentido muchos son los que levantan la mano y a gritos y sombrerazos pretenden hacerse sentir y hasta enseñan el musculo en señal de fuerza como sucede con el famoso Pepe Yunes y el mismo Héctor Yunes, ambos, parientes sobrino y tío se han dejado llevar por la pasión de la política y no hacen nada más que echar leña al fuego en contra del gobernador Javier Duarte, con los clásicos lanzamientos de piedras para luego ocultar la mano. Ambos ya con sus derrotas electorales a cuestas intentan subirse a la ola del priismo.

En este orden en el PRI, hay personajes que sin sudar calenturas ajenas y apartidistas, están trabajando callados y sin ningún tipo de aceleres: Ranulfo Márquez Hernández, Enrique Ampudia, Gerardo Buganza y ya entra de refilón el famoso Tomás Ruiz, que en los tiempos alemanistas tuvo todo el calor del mundo en estos lares para una intensa precampaña, pero se quedó con el “bat al hombro”, toda vez que el también famoso Fidel Herrera, se movió en la capital para recibir la bendición del entonces presidente del PRI, Roberto Madrazo, quien lo ungió como candidato a la gubernatura.

Fidel Herrera, en aquellos tiempos senador de la república, y sólo acompañado del famoso Fallo Cuenca, su cuate, se presentaba en todos los eventos priistas y no priistas, velorios, casorios, primeras comuniones, quince años y todas las fiestas tradicionales en los municipios a donde asistía con o sin invitación, pero disfrutaba de los baños de pueblo.

Se recuerda que en uno de esos eventos del PRI en el puerto de Veracruz, antes en el chirinato incluso sólo pudo asomarse en la entre la gente porque no lo dejaron acercarse.

En su precampaña de gobernador, sólo y con un equipo de no más de diez amigos y operadores, Fidel Herrera Beltrán, llegó un domingo a Martínez de la Torre a reunir a alcaldes de todos los partidos y de las diversas organizaciones políticas que desde la oficina de Flavino Ríos, secretario de gobierno alemanista, se dijo que se vetó a los asistentes y se les conminó a no asistir, pero la mayoría sin hacer caso se fueron por la libre, por el olfato político que les indicaba que sin línea, apoyaron de corazón a FHB, aunque los regañaran.

Pero el Tío, estoico y luchón, en el alemanismo se le marcó como el que no estaba incluido en la lista de los presuntos probables y la silla supuestamente se había preparado para impulsar a Alejandro Montano, Flavino Ríos, Tomas Ruiz y al propio Miguel Angel Yunes Linares, en donde Fidel Herrera Beltrán, como buen caballo negro, venía desde atrás a buen galope construyendo su candidatura desde el centro del país.

Aquella mañana, el senador Fidel Herrera Beltrán, se reunió en el restaurante el Gaucho para reunirse con Arturo Hervis Reyes y Jazmín Copete Zapot del PRD, se trataba de mandar una señal, cuando ya tenía la torta de la gubernatura bajo el brazo como el siempre lo dijo: “en el estado cada niño que nace, viene con una torta bajo el brazo que puede ser la gubernatura de Veracruz”.

Después de la reunión con Herviz y Zapot, se sentó a la mesa con Mario Tejeda, Adolfo Beauregard Tejeda y quien esto escribe: la sentencia del político cuenqueño al periodista fue tajante y directa con la frase que hizo famosa Carlos Salinas: “que no hagan bolas el candidato del PRI a la gubernatura del estado soy yo”.

A partir de ahí, y se vino el destape adelantado en los medios en donde se publica, “Fidel es el bueno”.

Las reacciones de molestia de Alejandro Montano, Flavino Ríos y Raúl Peimbert, operadores del alemanismo se dejaron sentir con molestia y las expresiones: “ese no es”.

El único que se mostró sereno y sin replicar, fue el entonces gobernador Miguel Alemán Velasco.

Antes en una visita Fidel Herrera Beltrán, saludó al gobernador Alemán, y en la simbología y las señales de humo y en clave, lo envió a que platicará con el profesor Guillermo Zúñiga Martínez.

En la larga lista de los prospectos de la gubernatura de Veracruz, se mencionaron a once veracruzanos distinguidos en la actividad política, pero Fidel Herrera Beltrán, habilidoso, les ganó el mandado, porque la mayoría esperaron a una decisión del gobernador Miguel Alemán Velasco, misma que no se dio respetuoso y conocedor de las formas en su partido el PRI.

Ahora, el gobernador Javier Duarte, asume esa postura de lejanía a la decisión y de respeto a su partido, en donde además hay un voto de calidad que es el del presidente Enrique Peña Nieto y que ya se le ha analizado en su formato, en donde se ha mantenido firme en el asunto de las encuestas.

La decisión para el PRI y sus principales actores políticos en la presente época del candidato a la mini-gubernatura es un enigma, se trata de un secreto muy bien guardado y por primera vez resurge el formato del famoso tapado de los antiguos tiempos priistas. Así las cosas.


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