Según trascendió a la media
tarde de este martes 6 –de manera
extraoficial, pues no obstante
que los cambios en la Secretaría
de Educación de Veracruz se habían
efectuado desde la noche del
día anterior, hasta ese momento
aún no se difundía ningún boletín
o comunicado institucional
que confirmara los primeros
movimientos burocráticos en la
SEV–, inmediatamente después
de la ceremonia oficial realizada
en Palacio de Gobierno en la
que rindió protesta como nuevo
titular del sector educativo del
estado, Flavino Ríos Alvarado
comenzó a operar los primeros
cambios en algunos niveles
medios.
La guadaña de Ríos Alvarado
difícilmente alcanzará a los subsecretarios,
los cuales parecen
estar muy bien apadrinados,
pues una tiene nexos familiares
estrechos con funcionarios federales
muy cercanos al secretario
de Educación Pública, Emilio
Chuayffet Chemor, y otros están
identificados con distintos
grupos de interés con gran fuerza
política y magisterial.
Por eso el exdiputado local y
notario público de Minatitlán
solo pudo dar de momento una
primer sacudida a la estructura
de la SEV, pero a nivel de directores,
algunos de los cuales, coincidentemente,
están muy ligados
al exgobernador Fidel Herrera
Beltrán, con quien el famoso
“Doctor Fla” mantuvo una fuerte
confrontación política en la sucesión
gubernamental de 2004,
cuando el sureño despachaba
como secretario de Gobierno
al final de la administración
del gobernador Miguel Alemán
Velazco.
El primero a quien le pidió la
renuncia fue a Oswaldo Pérez
y Pérez, director general de Telebachilleratos,
de quien nadie
se explicaba cómo es que había
logrado sostenerse en dicho
cargo pese a sus negros antecedentes
y las fuertes fricciones que
todavía hasta diciembre pasado
protagonizó contra la Sección
56 del SNTE, cuyos agremiados
tomaron hace un mes alrededor
de 20 planteles educativos y
las oficinas de la Supervisión
Escolar de Tebas de la zona de
Misantla en protesta por la presunta
violación de los derechos
sindicales que pretendía hacer
el funcionario de la SEV al tratar
de imponer en la coordinación
de dicho centro de trabajo a otro
maestro que no pertenecía a
esa organización magisterial,
desplazando a otra compañera
que sí cumplía con la antigüedad
laboral y el perfil académico.
Pero el conflicto databa de
tiempo atrás, ya que desde hace
siete meses el profesor Manuel
Arellano Méndez, líder de la Sección
56 del SNTE, criticó que las
autoridades de la SEV hubieran
reinstalado a Pérez y Pérez pese
a que el 23 de mayo de 2014 fue
detenido por agentes de la Procuraduría
General de Justicia del
estado, los cuales dieron cumplimiento
a la orden de aprehensión
derivada de la investigación
abierta por la Agencia Especializada
en Delitos Cometidos
por Servidores Públicos, según
el acta FESP/560/08/III/I,
debido a que se le imputaron
diversas irregularidades en su
gestión como funcionario del
IVEA durante el sexenio anterior
y se le denunció por el delito
de insolvencia fraudulenta. El
director de Telebachillerato fue
internado en el Cereso de Pacho
Viejo, pero solo estuvo recluido
unos días, ya que salió en libertad
condicional tras pagar la fianza
que le fijó el juez que llevaba el
caso, aunque el juicio por fraude
todavía sigue.
Según versiones atribuidas
a empleados de la Dirección de
Telebachilleratos y que fueron
consignadas en algunos medios
de comunicación, Pérez y Pérez
presumía de ser muy amigo del
exgobernador Fidel Herrera,
de quien inclusive aseguraban
que daba trato de “suegro” a su
excolaborador.
Lo cierto es que ni Arellano
Méndez se explicaba cómo lo
seguían sosteniendo pese al
proceso penal que enfrentaba y
a otros burdos negocios que se le
descubrieron. Desde mayo del
año pasado, el líder de la Sección
56 del SNTE señaló, por ejemplo,
que en contubernio con otros
personajes, Pérez y Pérez violó
primero una disposición legal
al sustraer fondos de una cuenta
del IVEA que estaba embargada,
y que ahora este director no
solo tenía una presunta nómina
de “aviadores” sino que abrió
una cuenta para que los supervisores
depositaran el importe de
la venta de las guías de estudios
a una cuenta personal a nombre
de la Dirección de Telebachillerato
que solamente él manejaba
sin conocimiento de la SEV.
El dirigente sindical exigió
auditarlo ya que, dijo, por semestre
cobraba 350 pesos por
el paquete de guías escolares a
los 81 mil alumnos que hay en
el estado, lo cual ascendía a casi
cinco millones de pesos.
Pero el de Pérez y Pérez no
sería el único caso a investigar.
Aprovechando los cambios,
Flavino Ríos debería poner
atención también en el desempeño
de Francisco Lima
Aguirre, subdirector de Supervisión
Escolar de la Dirección
General de Bachillerato, cuyos
subalternos acusan que no
solo pierde el tiempo en urdir
intrigas y acosar al personal
femenino bajo su cargo sino
que además se habría dedicado
a enriquecerse por medio de la
venta de plazas, situación que
se reflejaría en la gran cantidad
de bienes que posee, entre ellos
un Volkswagen Passat modelo
2014, valuado según su factura
en más de 381 mil pesos, el cual
está registrado a nombre de su
hijo Gustavo Lima Morales, así
como una camioneta Ford Lobo
de mayor valor.
Además, este funcionario,
presuntamente protegido de la
maestra Acela Servín Murrieta,
fundadora y guía moral del SETSE,
es dueño de varios bachilleratos
particulares en el municipio
de Perote, lo cual lo coloca en un
serio conflicto de interés ya que
no puede ser juez y parte.