Recuerdo aquella tarde de viernes, como si fuera hoy, realmente me impacto el populismo desbordado, pero sobre todo inadecuado e inoportuno, en resumen fuera de lugar y con un nulo tacto político; eran cerca de las 5 de la tarde y la avenida circunvalación a la altura del Congreso del Estado se observaba atiborrada de autobuses del servicio urbano, provenientes de lugares circunvecinos y de la propia capital, la respuesta fue inmediata al observar aquel estacionamiento tolerado, se trataba de personas movilizadas para asistir a la comparecencia del Secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández.
El funcionario como se sabe, aspira a ser Gobernador y en ello no hay nada malo, al contrario es aplaudible el valor de quien reconoce sus aspiraciones, pero él, además de ocultarlas públicamente, lanza un mensaje equivocado porque no es en un informe de labores como el de una comparecencia, donde tiene que hacer lujo de su populismo desenfrenado y menos él como encargado de la política interna, que tanto critican la aglomeración social, pero que cuando se trata de su beneficio entonces sí no hay reprimenda alguna y sí por el contrario camiones gratis y todo el apoyo para lucrar y abusar de la pobreza ciudadana.
Pensé que lo peor ya lo había visto ¡pero no! al acercarme al congreso, el escenario fue mayúsculos al observar cajas y cajas de frutsis para repartir y personas humildes, muy humildes podría decir, formadas, esperando les sirvieran una orden de tacos al pastor, porque sí efectivamente había una carpa con trompos de pastor y una señora que a palmadas lanzaba las tortillas al comal, todo aquel escenario parecía digno de un mitin de campaña y no de un evento oficial.
Todo ello, era acompañado de un grupo musical que a ritmo de cumbia celebraban un no sé qué, pero al final se cumplía los requisitos: llenar el ego del Secretario de Gobierno que totalmente desorientado había equivocado la comparecencia; adentro del congreso los ciudadanos ahí amontonados y a pregunta de algunos medios de comunicación, estos desconocían el motivo, pero estaban ahí con las promesas de apoyos y por supuesto pasar un rato agradable que rompiera un poco con su rutina diaria.
Los invitados especiales estaban dentro de la sala del congreso donde se desarrollan las comparecencias pero el resto, pues ahí, solo cubriendo un papel de relleno y tratando de mostrar una aceptación ciudadana casi forzada. Es impresionante seguir observando esos escenarios y que existan políticos que considerar que eso es cumplir con su labor, lucrar y solo lucrar con la pobreza de la ciudadanía.
Un populismo desbordado que en nada beneficia a Erick Lagos, pero así lo consideró él y así camina rumbo a sus aspiraciones. Durante su comparecencia, ya en el interior, en un contraste total con lo que se mostraba allá afuera, el funcionario dijo que Veracruz es un estado vivo y actuante y está listo para ser protagonista de un México en movimiento que se renueva día a día y luego –para no perder la costumbre- expreso que aquí vivimos en un estado de gobernabilidad y paz social, que le apuesta a la política como herramienta para solucionar las demandas diarias.
Ante diputados locales, líderes religiosos, alcaldes, síndicos, regidores, empresarios y representantes de organizaciones sociales, señaló que en Veracruz se practica y se pone en marcha una política que suma y multiplica al espíritu federalista y que respeta a los Gobiernos municipales con una política a favor de los jóvenes y de las mujeres; política que permite atender y escuchar a todos por igual, sin distingos de colores, porque aquí en Veracruz se ha hecho que prevalezca la fuerza de la política por encima de la política de la fuerza.
“Los veracruzanos somos testigos de la conformación de este México distinto que se vive día a día, ahora más que nunca, la nación demanda unidad para afrontar los retos que se ha puesto, reto de los que habremos de salir adelante porque México quiere y puede transformarse, esa es su raíz”. Así la realidad de Erick, ajena a la realidad de todos los Veracruzanos y para no variar ahora metido en un escándalo eclesiástico, porque los lideres de otras religiones se pusieron sensibles, porque el funcionario solo saludo en su comparecencia al representante de la iglesia católica Hipólito Reyes Larios. ¡Así las cosas!