Ayer se dio a conocer un video que tiene una duración de quince minutos donde se observa cómo un grupo de maleantes bajan de su coche a un hombre y, después de forcejear con él durante varios minutos, logran someterlo, lo suben a una camioneta blanca y salen con rumbo desconocido. Se escuchan los gritos de la víctima pidiendo auxilio y las voces de varios ciudadanos diciéndoles a los delincuentes que lo suelten y lo dejen libre, que ya los vieron.
Todo esto ocurre en una avenida muy transitada de la ciudad de Minatitlán a plena luz del día. Lo grave es el largo tiempo que transcurre y que ninguna policía o fuerza militar acuda en su apoyo. Se sienten seguros los malhechores que nadie les va a detener ante la impunidad total que existe en el sur de Veracruz.
Lamentablemente los vecinos que vieron este secuestro no pudieron ayudar a la víctima ante el temor que estos delincuentes los agredan. De manera pasiva un buen número de ciudadanos observan cómo secuestran a esta persona y la impotencia de lo que ocurre diariamente en dicha ciudad, al igual que en el puerto de Coatzacoalcos y el municipio de Acayucan.

Una vergüenza para todos
De qué naturaleza serían los compromisos políticos-electorales de la exalcaldesa Carolina Gudiño que tuvo que incorporar a más de mil personas a la nómina del Ayuntamiento del puerto de Veracruz, cuando su antecesor, el médico Jon Rementería, no ocupaba esa exagerada cantidad de trabajadores nuevos.
El descaro y cinismo del diputado Nino Baxzi Mata que cobra como empleado municipal 120 mil pesos y se le suman 90 mil como legislador, es decir, supera los doscientos mil. Hay empleados en ese mismo municipio porteño que solo ganan dos 500 pesos al mes.
Estos hechos que son dados a conocer a través de diversos medios informativos nos hacen recordar en qué clase de país es donde vivimos, para vergüenza de todos.

Terminaron los virreinatos
Se publicó hace tiempo en este mismo espacio que el presidente Peña Nieto tenía la escuela del expresidente Carlos Salinas, quien durante su administración cesó o mandó a descansar a 19 gobernadores del PRI y de otros partidos, al obligarlos a tomar vacaciones definitivas o de renunciar por motivos personales. Si no lo hacían, corrían el riesgo de terminar su administración en la cárcel.
Peña Nieto empezó en Michoacán con el gobernador en funciones Fausto Vallejo, al que enfermaron de manera definitiva y tienen a su hijo en prisión. Lo del ex de Tabasco, Andrés Granier también le tocó al actual mandatario guardarlo por el resto de su existencia. Al parecer al sonorense panista Guillermo Padrés le tocó su turno.
De que son tomadas en cuenta, por el gobierno peñista, las investigaciones periodísticas no hay la menor duda, de allí que debe preocupar a don Fidel Herrera Beltrán que durante dos semanas seguidas haya sido tema de la conductora independiente Carmen Aristegui.