*Los informes no bastan, dice Arquidiócesis de Xalapa
De sobra se sabe que el tema de la seguridad, no depende de una sola instancia y no se trata de un asunto sencillo, lograrlo, es un pesar que aqueja al mundo entero, pero cada cual, desde su espacio y encomienda, debe de cumplir con su encargo para lograr avanzar; aquí en la entidad, en los últimos meses, más que la inseguridad, lo mas señalado ha sido, el uso de la policía para disolver protestas, aniquilando así el dialogo y generando un descontento social cada día mas creciente.
Era un hecho, que los cuestionamientos al Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita se encaminarían en ese sentido -durante su comparecencia como parte de la glosa del tercer informe de labores del Gobernador Javier Duarte de Ochoa- y así el titular aseguró que no fueron policías quienes agredieron a maestros y reporteros la madrugada del 14 de septiembre.
Lo que sí es evidente, es que lejos de negar el hecho, en esta u otras ocasiones, la dependencia que dirige se ha visto prácticamente orillada a lanzar programas de dignificación de la policía, acercándola más a la sociedad, sobre todo niños y mujeres para revertir así el desprestigió en el que se ha visto involucrada por los hechos ya señalados, afortunadamente es un tema que se puede corregir.
El funcionario estatal -quien no tiene una labor fácil- reconoció que su tarea es aún más compleja porque resulta casi imposible controlar y capacitar a la policía municipal de los 212 municipios de la entidad, ya que no se cuenta con recursos y menos con la infraestructura para hacerlo, lo cual limita su labor; son tan solo 23 municipios los que están en sus manos “eso es un tema que mientras no se modifique el artículo 115 constitucional sigue siendo una responsabilidad de cada alcalde o municipio”.
También reconoció que células de la delincuencia organizada siguen presentes en nuestra entidad y por supuesto habló del riesgo en las regiones cercanas a los penales, pero lo que más se le criticó a Bermúdez -lejos de la protesta de periodistas, que posteriormente fueron atendidos por legisladores- fue la excesiva seguridad que trae acuestas.
Y es que diferentes legisladores se incomodaron con la presencia de cerca de 500 elementos que rodeaban el palacio legislativo el pasado viernes, evitando a los conductores estacionarse, como es costumbre, en esa zona, además de la presencia al interior de elementos armados lo cual fue considerado como una invasión a otro poder.
Sin dudas Bermúdez tendrá que cambiar la estrategia de enviar a los cuerpos policiacos a desalojar o impedir manifestaciones y encargarle el tema a quien tiene la responsabilidad de atender, escuchar y en su caso resolver las demandas sociales, que es el Secretario de Gobierno Erick Lagos Hernández.
No hay duda alguna que sí las manifestaciones siguen presentes, es porque quienes están encargados de escucharles y atenderles, no lo están haciendo bien, pero no es la policía quien tiene que hacer ese trabajo; la seguridad publica esta para resguardar a los ciudadanos, incluyendo a los que protestas.
Así es que Erick Lagos tendrá que ponerse a trabajar.
Por cierto que, hablando de informes, ayer en su tradicional comunicado, la Arquidiócesis de Xalapa se dijo insatisfecha con la rendición de cuentas que a final de año realizan las autoridades, para ellos “los discursos de rendición de cuentas suelen ser muy positivos, porque efectivamente se llevan a cabo muchas acciones, pero sigue quedando la expectativa de un mayor compromiso, de una gran visión de país, de una mayor entrega de parte de los servidores públicos y de una respuesta eficaz e inmediata a las problemáticas que no se pueden seguir posponiendo”.
Y es que la arquidiócesis señaló que se requiere de funcionarios públicos con “una gran visión de país, con mayor entrega y de una respuesta eficaz e inmediata a las problemáticas que no se pueden seguir posponiendo”.
José Juan Sánchez Jácome, director de la Oficina de Comunicación Social, precisó en el citado comunicado, que la agudización de los problemas como la pobreza, la marginación, la violencia y el desempleo está íntimamente relacionada con mecanismos de corrupción y el derroche de los recursos económicos, que siembran la desconfianza, provocan el desencanto y orillan a los pueblos a padecer las consecuencias de una mala administración.
@magzamu