Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
Un autoritarismo que mata
2013-11-19 | 22:12:33
Son interminables los hechos que dan muestra del abuso de autoridad y por su puesto de la quietud, en muchos de los casos, en las investigaciones para esclarecer los hechos y que en la mayoría de los casos se vuelve una agonía para quienes esperan justicia; lo ocurrido en Tlacotalpan, es un hecho más que contradice el discurso de que aquí en la entidad todo está de maravilla.

La tranquilidad y alegría que caracteriza al pueblo Tlacotalpeño fue prácticamente paralizada, ante el enojo y frustración de sus habitantes al enterarse que el joven de 21 años, Alexander Santos Vergara había perdido la vida, tras la severa golpiza que le asestaron policías municipales por haber cometido una supuesta falta administrativa.

Alexander era el mayor de tres hermanos y ayudaba a su madre con la manutención del hogar trabajando la albañilería en la semana y tristemente fue privado de la vida, lo que ocasionó que la ciudadanía se enfureciera al ver el abuso de los elementos policiacos y fue que decidieron, como medida de protesta incendiar una patrulla.

La quietud se convirtió en furia, y una vez más, en un municipio de Veracruz, la ausencia de autoridad se hizo presente –el pueblo contra los agresores- exigiendo justicia para quienes ilegalmente privaron de la vida a un joven. Los cobardes elementos se resguardaban en el hospital, cuando familiares y pobladores enardecidos intentaban sacarlos de su resguardo.

Todo ocurrió en las inmediaciones del mercado municipal donde Alexander fue golpeado y luego subido a la batea de la camioneta, donde murió y posteriormente fue llevado por los mismos policías al hospital, donde los médicos se negaron a recibirlo porque detectaron que su cuerpo se encontraba ya sin vida.
Guadalupe Vergara Lauriani, madre del joven asesinado pidió que la muerte de su hijo sea esclarecida cuanto antes y se ponga final a los atropellos que diariamente comenten los elementos policiacos. “Cómo es posible que los policías se lo llevan y lo encuentro muerto, mi hijo no merecía esa muerte” dice con el llanto a flor de piel y el dolor evidente en su semblante.

Alexander Santos fue golpeado y detenido cerca de las 7 de la noche por cuatro policías de nombres: Roberto Carlos Cruz Domínguez, José Rosario Contreras, Juvencio Olín Solo e Israel Valencia Ríos, quienes fueron resguardados y puestos a disposición del Ministerio Público en Cosamaloapan.

El día de tan lamentable hecho fueron los elementos de Ejército Mexicano quienes llegaron a calmar los ánimos de la población y mientras tanto autoridades anunciaron que la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Veracruz inició la investigación ministerial COSVER/995/2013 en contra de tres policías por el “probable” delito de homicidio.

El acta de defunción expedida en Cosamaloapan precisa que la causa de la muerte fue debido a un traumatismo craneoencefálico. Y así el autoritarismo de quienes deberían cuidar a la ciudadanía, ocasionó la muerte de un joven.

En un Veracruz donde dicen que no pasa nada, en un pueblo característico por su quietud un joven fue asesinado a golpes y un pueblo enardecido pretendiéndose hacerse justicia por su propia mano.
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