Por Maquiavelo
Columna: Se Dice Que
2012-08-27 | 21:41:07
Complicidad priista

No es solo una gran molestia, es una auténtica irritación en las esferas nacionales del PRI, sobre lo que ocurrió en importantes ciudades del estado de Veracruz, donde el candidato Enrique Peña Nieto, no ganó en ninguna casilla.
Los casos más representativos son la ciudad capital de Xalapa y el puerto de Coatzacoalcos, son los ejemplos más ostensibles de la derrota estatal del PRI.
La pregunta obligada en la cúpula nacional del tricolor es: ¿Qué fue lo que pasó? Se supone que había funcionarios responsables de esos importantes distritos electorales.
Lo más extraño es que en Coatzacoalcos ganó el candidato a la diputación federal y el aspirante presidencial fue barrido.
El personaje es por todos conocidos, Marcelo Montiel, que siempre juega las contras al gobernador en turno. Tiene estrechas relaciones con el PAN de los Yunes y con el PRD a través de Gloria Rasgado hasta que fue expulsada.
Caso contrario al del viejo Puerto México, ocurrió en Xalapa donde los dos candidatos priistas perdieron.
La mano negra del secretario Marcelo Montiel fue el que operó en contra de Peña Nieto y si no hay castigo para los culpables en esa jugarreta, se entiende como un encubrimiento o una descarada complicidad.

El saldo de la izquierda

Para la coalición de partidos de la izquierda mexicana no les fue tan mal en el reparto de posiciones, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados. En la Cámara Alta, el PRD tendrá a 22 senadores, el PT a cuatro y Movimiento Ciudadano a dos. En la Cámara Baja, el PRD tendrá a cien diputados, Movimiento Ciudadano a 16 y el PT a 19.
En números redondos, la izquierda contará con 28 senadores y 130 diputados, es decir, que con 158 legisladores se puede hacer bastante ruido.

Jugando con fuego

Siempre se había dicho que si se sacan a los militares de sus cuarteles será casi imposible que ellos regresen. Los políticos de alto nivel consideraban como una pésima estrategia que los mandos militares se inmiscuyeran en los aspectos civiles, ellos se dan perfecta cuenta de los graves errores y debilidades de los tres estratos de gobierno y surge a menudo la tentación de sustentar ese poder que desde la época de Miguel Alemán se concentró en ciudadanos civiles.
Nadie aceptaría que les den el poder y ahora se lo quieran quitar.
El riesgo de una intervención militar está presente. La situación violenta que vive el país y el descontento electoral están creando un caldo de cultivo muy peligroso. Es lo que no entendió el IFE sobre el peligro de un estallido social.
Para que se complique más la situación, el encierro de algunos militares de alta graduación donde se les acusa de estar implicados con cárteles del narcotráfico y al parecer es una feroz lucha interna por la titularidad de la Secretaría de la Defensa.
Como remate, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aprobó la semana pasada una compleja resolución que puso en marcha la ciudadanización de los códigos militares. Se juzgará a los militares que hayan cometido un crimen en donde se encuentre involucrado un civil. Se trata del primer fallo judicial en la historia de México en donde básicamente se perdió el fuero y se les marginó, contratando a un general colombiano como asesor de seguridad para el aún candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto.
La memoria de la masacre estudiantil de Tlatelolco les molesta sobremanera, ya que se la acreditan a las fuerzas armadas cuando el que la ordenó fue un presidente civil. Un poblano llamado Gustavo Díaz Ordaz.

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