Pecó de egoísmo el líder estatal del PRI, Héctor Yunes Landa, al querer quedarse solo en el partido tricolor con esa última declaración de que expulsará a los funcionarios priistas que sean corruptos. Sus compañeros están bastante molestos, ya que se le olvidó al choleño las normas y los estatutos de ese instituto político que establece el encubrimiento y la complicidad tratándose de militantes del partido tricolor, por lo que tuvo que echar reversa y declarar que no solamente los apoyará de manera jurídica a los funcionarios de su partido que están detenidos, sino que puede asegurar que en la mayoría de los casos se trata de una simple confusión, ya que el desvío de recursos públicos fue que en lugar de hacer una escuela o un hospital solo hicieron una banqueta.
La razón que aduce el dirigente priista es que no quisieron ser muy ostentosos con grandes obras sino como servidores públicos deben actuar con humildad y una gran sencillez. Se trata de una simple divagación financiera de ediles de los ayuntamientos pequeños con presupuestos chiquitos.
La mejor prueba de este equívoco, es que no hay ninguna orden de aprehensión para los alcaldes de municipios importantes que pertenecen a su partido, ellos no se confundieron en el manejo de estos recursos públicos y pudieron a tiempo comprobar su inocencia, ya que prefirieron mejor dejar grandes deudas que dejar unas cuestionadas banquetas.
Se olvidaron del lema del profesor y ex gobernador mexiquense, don Carlos Hank González, de que entre más obras… más sobra.
Lo importante es que el líder estatal, Yunes Landa, demostró su solidaridad, condescendencia y comprensión hacia sus camaradas de partido que se encuentran en prisión por malos manejos de los dineros del pueblo.
Cumplió con su norma de vida , los verdaderos amigos se conocen en la cárcel o en la cama.

El PAN seguro de ganar

Tiene una gran tranquilidad el presidente Felipe Calderón de que no será él, quien entregará el poder al candidato del PRI. Desde el inicio de su gobierno supo guardar los recursos para la gran elección del 2012.
La gigantesca fortuna que posee el gobierno federal de subejercicios, excedentes petroleros y el superávit acumulado, le permite al PAN y su candidato presidencial comprar conciencias, espacios noticiosos y votos los que se le antojen.
Nunca en la historia del país ha existido un gobierno con más dinero que el de Felipe Calderón Hinojosa.
De allí que el candidato presidencial sea Ernesto Cordero, él sabe lo que existe de reservas monetarias y lo que se puede ejercer. El experimento democrático de Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel es una estratagema para aparentar que en Acción Nacional no existe el “dedazo” presidencial.
Sea quien sea el candidato panista, en las elecciones en México está más que demostrado que gana el que tenga más dinero. No se puede perder de vista que los votantes mexicanos que en su gran mayoría se encuentran en la miseria saben bailar en los comicios de acuerdo al billete.

La mala suerte lo persigue

De que hay mala suerte para el terreno del hotel Mocambo, no existe la menor duda, desde un principio durante la construcción en los treinta, proyectó para que existiera en dicho lugar un casino. Fue el entonces presidente, general Lázaro Cárdenas el que prohibiera que se establecieran en el país las casas de juego, lo que requirió que se rehabilitaran las terrazas y los grandes salones para que tuviera el uso de un hotel, ubicado en una zona de privilegio por la altura y las vistas que tiene.
Pasaron setenta años para que se cumpliera su destino de transformarse el terreno aledaño en un casino de lujo, a tono con el crecimiento y el espectacular desarrollo de Boca del Río.
Con la tragedia del Casino Royale de Monterrey, su factibilidad de establecerse se redujo de manera drástica. El permiso para que opere estará sujeto a múltiples requisitos y normas. El secretario de Gobernación en funciones que lo autorice hará hasta lo imposible por retrasar el papeleo con el fin de no tener esa grave responsabilidad.