Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
El verdadero culpable
2011-05-19 | 22:02:07
Como si tratara de una vieja película donde al protagonista principal se le cargan todos los problemas. El “gutierritos” de las telenovelas que nunca queda bien con nadie. Para el diputado Jorge Carvallo Delfín, debe sentir el paraíso estar como coordinador de la fracción priísta , después de haber pasado por el desbarajuste del Comité Estatal del PRI.
Durante los comicios del año pasado, él tenía en su poder una privilegiada lista de los que serían los próximos alcaldes y diputados locales abanderados del partido tricolor. Un largo inventario de nombres, puestos y lugares.
Un gigantesco de registro de ciudadanos veracruzanos a los que el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán les había prometido un puesto de elección popular y había que consentirlos. El formal ofrecimiento hecho por el señor gobernador tenía en aquellas fechas plena vigencia.
La esperanza de cientos de políticos veracruzanos cobraba día a día una mayor fuerza. El ensueño del poder a punto de ser una realidad.
Fidel Herrera autorizó la lista final y quiso ser el heraldo de la buena nueva.
Carvallo Delfín tuvo largas sesiones con el Ejecutivo Estatal para explicarle que los que figuraban en su inventario de afectos, deudas y arreglos, no eran los que encabezaban las encuestas y que habría problemas.
La decisión del cuenqueño estaba tomada y su palabra estaba en prenda.
La tarea de Carvallo Delfín fue la de empezar una recomposición total, las largas y penosas conciliaciones para que aceptaran al que sería otro, el nominado por Fidel. Y a los elegidos, que tenían que ceder posiciones claves de sus ayuntamientos porque existían compromisos con el señor gobernador.
Fueron largas jornadas en donde figuraban como monólogo priísta las más expresivas y floridas palabras del largo vocabulario alvaradeño.
Cuando creía el líder estatal del PRI que había cumplido la tarea, llegaba la llamada del gobernante.
-Tenías razón Carvallo, con el amigo que te dije vamos a perder. Dile al otro que lo llevo en mi “pectore” y que él será nuestro candidato. Ponlo contento y que pase a Xalapa por su lana.
Un mensaje que se repetía en numerosas ocasiones.
Y había que recomponer y convencer al elegido y su equipo que estaba en campaña que el odioso contrario sería el nuevo preciso.
No se conocía el descanso durante semanas enteras. Hasta las altas horas de la madrugada terminaban las reuniones y el lenguaje alvaradeño se enriquecía con nuevas palabras.
-Señor, se trata de un recomendado.
-Díganle que yo sigo siendo el gobernador.
Pero lo más trágico estaba por venir. Los líderes obreros y campesinos querían su cuota. Y había que hacer nuevos cambios y en algunos casos se tuvo que regresar al que primero le dijeron que si y después que no y que nuevamente estaba más que confirmado. Para que al final le dijeran que no, porque había que cumplir con los sectores.
-Y qué hacemos señor al que dijo usted que le diéramos el billete… ya no lo quiere regresar. Y el nuevo exige su apoyo.
Los damnificados tendrían que esperar a nuevas inundaciones.
La horrible pesadilla política que vivió en el PRI el diputado Jorge Carvallo Delfín a nadie se la desea.
Al fin llegó día de las complicadas y disputadas elecciones. Y lo que tenía que suceder... ocurrió.
Se perdieron más de la mitad de los municipios e importantes distritos.
Se estableció una nueva marca de las peores derrotas en los 82 años que tiene en el poder el partido tricolor en el Estado de Veracruz.
Ranulfo Márquez y Héctor Yunes llegaron a disfrutar el vapuleado puesto.

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