Se repite la historia política cuando gobernaba el PRI desde la Presidencia de la República. Será nuevamente una sola persona la que decida quien debe ser el próximo jefe de la Nación.
En el 2012, volverá Carlos Salinas de Gortari a decidir quien será el candidato presidencial del PRI. De allí que las poderosas empresas televisivas hayan recibido la puntual instrucción de posicionar a Enrique Peña Nieto.
Volvieron los tiempos de un solo dedo.
Que triste, sombrío y pesimista panorama para el país. De nuevo el autoritarismo de una persona como único capo de la mafia que maneja la política del partido mayoritario.
El que pensara que esos tiempos ya pasaron está totalmente equivocado. La ventaja democrática en el PAN, es que el primer mandatario no pudo escoger a su sucesor. Felipe Calderón no era la persona que seleccionara el entonces presidente Vicente Fox con la última y definitiva palabra de su esposa, Martha Sahagún.
En esta ocasión, ya se tomó la decisión sin importar cualquiera que sea el resultado de los próximos comicios estatales.
No hay que esperar las palabras mayores de los meses anteriores a la fecha electoral del 2012.
Peña Nieto asiste ya como candidato presidencial en las actuales concentraciones de las campañas a futuros gobernadores. El destape ya ocurrió y no hay nadie que le diga a Carlos Salinas que se viven otros tiempos ajenos al sometimiento y que el pueblo de México es otro, y no se le puede volver a despreciar.
¿Surgirá algún priista que tenga el coraje y la dignidad de rechazar esta nueva imposición?

La obsesión de Laguna Verde

¿Cuál será el empeño del gobierno del Estado, en desmentir a los expertos y técnicos de la Comisión Federal de Electricidad que operan la planta nuclear de Laguna Verde?
Cuando los propios directivos señalan que existen graves riesgos por lo obsoletos y deteriorados equipos que trabajan en dicha núcleo eléctrica; la titular de Protección Civil, Silvia Domínguez, rechaza estas oportunas advertencias y como si trabajara dentro de las entrañas de dichas instalaciones se transforma en una calificada perito para afirmar que no existe ningún riesgo y rechaza como exageradas las preventivas declaraciones de los propios operarios de la planta.
¿Cuál es el problema de reconocer algo en que no tienen ninguna responsabilidad ejecutiva las autoridades estatales?


Posible abstencionismo

Lo más seguro es que la guerra sucia en el estado de Veracruz se intensifique, no obstante las multas que impondría el Instituto Electoral. Vendrán las campañas, los ataques y las argucias para evadir la ley, particularmente motivadas por la frágil credibilidad de las autoridades electorales.
El elevado número de veracruzanos que aún no deciden por quién sufragar, es muy posible que no acudan a votar por la decepcionante administración del gobierno federal panista y sus promesas incumplidas de seguridad, empleo y educación. Aunado a la opacidad gubernamental con su perenne corrupción y el tráfico de influencias. Son demasiadas las razones lógicas para abstenerse y renunciar al más importante acto democrático donde la ética es una utopía.