El presidente Andrés Manuel López Obrador, no gobierna a impulsos, más aún cuando desde el voto popular, el pasado 1 de julio, se le confió una esperanza del cambio con o sin el beneficio de la duda y está atendiendo ese compromiso.
Y sin olvidar el hartazgo de la gente ante los pasados noventa años del poder omnímodo del PRI y sus aliados, a AMLO se le dio un gran respaldo para llevarlo a la presidencia de la república y junto con Morena para que ganaran avasalladoramente en la mayoría de los cargos electorales en todo el país, y principalmente en las legislaturas.
Con el paso de los meses, el país entró en una nueva era a lo que se ha llamado Cuarta Transformación, pero millones de mexicanos comienzan a desesperar y son quiénes desde la pobreza, la miseria y la explotación, apoyaron el cambio en favor de AMLO con una gran esperanza.
También es cierto, el país en general viene de muchos años de corrupción y de impunidad, y por lo mismo, no se pueden erradicar vicios, malas costumbres y añejas componendas de un día para otro. Tampoco en unos cuantos meses.
La problemática real en el territorio nacional, es la que se debe de atender con urgencia, hacen falta empleos, derrama económica, mayores inversiones en la industria y el campo, por lo que la gente espera una reactivación de los sectores primarios.
Se están pagando compromisos como lo son las deudas por la cancelación del NAIM, y evitar el colapso de la economía, además de que se anuncian medidas urgentes de fuertes inversiones desde el gobierno federal a rubros de relevancia en todo el país.
La transición política tiene sus desajustes y sus vaivenes, ahora sólo falta a esperar mayores resultados que redunden en beneficios de las grandes mayorías, que en general ya comienzan a preocuparse de la situación, sobre todo de la falta de empleo, hay desesperación.
Los acuerdos desde el gobierno federal con la sociedad civil se deben dar, y en igual forma mejorar el diálogo con grupos y partidos políticos a los que desde las cúpulas del poder se les ha negado diálogo y los acuerdos.
Los partidos políticos desde muchos escenarios en aras de abonar a mejorar las condiciones del país se les ha visto entregándose a los acuerdos con la contraparte de Morena, pero no se ve la reciprocidad por cierto grado de intolerancia o soberbia.
La política significa acuerdos y un caminar hacia un mismo rumbo, por lo que hace falta que el presidente en primer lugar se reúna con dirigentes partidistas, así como con dirigentes empresariales y autoridades de los tres niveles de gobierno en todo el país, sin siglas partidistas.
No sólo tratar debe tratar con los gobernadores de diversas fracciones, hace falta interactuar con todos los actores políticos y líderes empresariales a ras de suelo.
Así como dejar en el pasado los desencuentros con la prensa en general que se haya portado bien o mal con su causa, porque hoy es AMLO es estadista, hoy es presidente de todos los mexicanos, y no puede gobernar clasificando a los amigos y a los enemigos en la metáfora, aunque en la realidad se deben considerar detractores.
Las prioridades en este momento, también son las demandas en los hospitales y clínicas, hay un clamor general de grandes necesidades en insumos y medicinas que se han dejado de atender y de cubrir en la salud pública, y con tristeza se observa que el presidente no quiere escuchar reclamos o protestas de la gente que clama ayuda con urgencia, y se les responde con evasivas.
Es cierto, de que poco a poco se van corrigiendo los temas de muchas añejas problemáticas en la mayoría de los sectores públicos, sobre todo en la salud saqueado a más no poder.
Existe un reclamo a que la iniciativa privada en general debe salir del ostracismo y apoyar a los sectores que no se han podido atender porque existe una emergencia económica en el país. Los empresarios deben ayudar con las becas a deportistas y dar apoyo a las actividades culturales, además de acudir a las causas de la salud como todas aquellas farmacias que otorgan de forma gratuita o a bajo costo las consultas médicas.
Y son prácticamente una opción a la mano, sí al alcance. Pero en la realidad mucha gente no puede pagar ni eso.
No se puede culpar al presidente AMLO se los desajustes y de los errores del pasado, pero en el presente como dicen en el rancho, todos pueden ayudar a jalar la carreta.
Esto es necesario para salir de los atrasos y conflictos de los enormes abusos provocados por las hordas que saquearon a las finanzas públicas, que cínicamente se curan en salud, y aun así que propiciaron el desastre, quieren que se les declare inocentes y se dan el lujo de decirse perseguidos políticos, cuando la riqueza mal habida los delata.
A esperar los nuevos tiempos, que a los pobres se les declare prioridad en todo, y se les lleve de la mano en los temas de la salud pública.
La unidad de todos los sectores es necesaria en momento de una emergencia, hace falta de algunos políticos, el pedir perdón en lugar de pedir justicia. Se necesita la unidad nacional con fines humanitarios.
El anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que van a seguir investigando los desvíos de las áreas sociales del pasado mandato de EPN, como el caso especial de la “estafa maestra” atribuida a la experredista y ex priista Rosario Robles Berlanga, cayó bien como una noticia bomba, que busca restablecer el orden financiero y de que se recupere todo lo robado, para devolverlo a las arcas públicas y aplicarlo en favor de los pobres. Así las cosas.
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