La renuncia de Carlos Urzúa, a la titularidad de hacienda y la entrada al relevo de Arturo Herrera Gutiérrez, que se venía desempeñando en la subsecretaría de dependencia, sin duda se trató de una salida esperada en la Cuarta Transformación, por lo que para nada se dio de forma sorpresiva para el presidente Andrés Manuel López Obrador, que dice bien que tiene los hilos y la información de todo lo que sucede en su gobierno.
La sacudida a la economía nacional, dio mínimas reacciones con la “graciosa huida” de Urzúa, quien en una escueta carta de renuncia dirigida al presidente AMLO, expresó su molestia por las supuestas intromisiones de miembros de su equipo de trabajo que al parecer nunca le hicieron caso, porque se trató de personajes que tratan directamente el titular del ejecutivo federal.
Las suspicacias a la renuncia de Urzúa, las calificó el mismo presidente como las reacciones propias a quienes no abandonan el pasado y por lo mismo se resisten a la idea de que los programas sociales y de bienestar están dirigidos a apoyar a los pobres del país.
Así es, que el tema no propició ningún movimiento trepidatorio a las finanzas nacionales y sólo se percibe, que los que quieren meter mano y decisión en los presupuestos con fines distintos a los de las disposiciones presidenciales, hacen como que se van enojados, a tiempo o como las clásicas salidas en las sirvientas, dicho en una metáfora positiva, porque cuando se van es porque se cree que se cae toda una estructura, y aquí ni sorpresa, ni sacudida, sólo un renuncia más a las que se dan porque no se ajustan al nuevo régimen.
Las apuestas advierten que sigue en renunciar el titular de la SCT, Javier Jiménez Espriú, porque se le ve ojeroso, cansado y sin ilusiones, como la canción.
En otros asuntos, los casos jurídicos del ex director de Pemex, Emilio Lozoya y del ex gobernador veracruzano, Javier Duarte se meten con intensidad a la agenda mediática del día a día, aunque se trata de dos asuntos distintos y muy graves, al parecer al que le va a ir muy mal es al ex de la paraestatal petrolera, porque en las carpetas de investigación aparecen los nombres de la esposa, la mamá y hasta la hermana.
En el caso Duarte, se proyecta a quemar un último cartucho con la disponibilidad de poner ante la FGR de la república toda la información que afecta a EPN y a algunos personajes de la anterior administración federal.
Por supuesto que el ex gobernador pretende lograr una salida rápida de la cárcel y atender también el tema de su familia, con justa razón.
En Baja California, se armó todo un lio en el congreso estatal, por la decisión de aprobar ilusamente un periodo del gobierno estatal de dos años, y después del triunfo electoral de Morena con Jaime Bonilla Valdez, ahora lo pretenden convertir en un periodo de cinco años, de lejos se percibe como una acción jurídicamente imposible, más bien parece una chamacada o una jalada de alguien que se equivoca y pone en alerta a los opositores políticos.
Los analistas dan cuenta, que en este momento el Poder Judicial Federal, se ha mantenido firme y equilibrado en todas las decisiones en donde existen las disputas por algunas acciones y decisiones desde algunas instancias de gobierno, en donde no se miden inconsistencias y sobre todo las malas decisiones que esta visto se les caen pronto, cuando se ha concedido el amparo de la justicia federal, a pesar de las quejas y resistencias de los políticos. Por lo pronto se vale soñar.
En otro tema, algunos empleados del congreso estatal se quejan de que la persona que tiene concesionada la cafetería, les niega el servicio al obligarlos indebidamente a consumir una mínima cuota para tener derecho al servicio, o sea ni por un café o un refresco se puede hace uso de ese lugar, y que olvidan que está en un espacio totalmente público, que incluso hasta sentarse a tomar un vaso de agua no les pueden restringir su acceso y uso al lugar de los ciudadanos, abrase visto.
También es cierto, hay que cambiar esa imagen de qué en la izquierda, pretendan emular y hasta superar a los gobiernos de la derecha con los antiguos desajustes, aquí la sensibilidad al equilibrio de la razón, es lo más importante. Porque no hay que confundir gobernar con ambición desmedida. Mesura es lo que se requiere y mucho sentido común, poco a poco, lentamente se tendrán que ir asentando algunos, para evitar ser efímeros. Así las cosas.
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