Después de los noventa años del viejo régimen de los abusos y los excesos en el ejercicio del poder en este país, llama mucho a la atención de quienes se resisten, regatean y niegan avances al nuevo gobierno de Morena,que con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, hizo la odisea de quitar a las anquilosadas y obsoletas estructuras, que poco a poco se van cambiando en el régimen de la Cuarta Transformación.
Las matanzas que marcaron a cada época y cada sexenio, las persecuciones y los formatos de control rígidos y muy despiadados, principalmente con los pobres, sí los débiles y miserables que fueron víctimas de los despiadados, que nunca se tocaron el corazón para avasallar y pasar como una aplanadora, por quienes sucumbieron simplemente al poder, hoy ya no se acuerdan de esos abusos.
Acteal, Aguas Blancas, Ocosingo,Juárez, Ayotzinapa, la Guardería ABC y muchos casos en los lugares que quedaron marcados con sangre, pero los que se fueron olvidaron, y ahora quieren hasta se olviden de la memoria colectiva, y que se les celebre por los abusos de poder y los daños colaterales.
Lo que quedaría, para los que se fueron, sería esperar escuchar, analizar, pero nunca convertirse en detractores porque a más de provocar a que se les persiga por parte del político tabasqueño AMLO, este está demostrando sapiencia, prudencia y tolerancia porque actúa sin rencor, sin odio y “sin barrer para atrás”.
Aunque es cierto, a algunos políticos “el agua les llegara a los aparejos”, por algo simple son los hechos y los abusos de poder que cometieron y no necesitan de persecución política, sino que simplemente la aplicación de la ley para que se haga justicia y se atiendan las demandas de los familiares de las víctimas, que lo exigen y lo demandan al nuevo gobierno.
Ahora el 1 de julio se celebrará el triunfo electoral de AMLO y de Morena, esto hay que verlo sin sesgos y sin la clásica ideología política, ¿pero porque hay tanta resistencia de pocos, a un triunfo electoral de muchos? Parece que hay a quienes no les queda claro, que después del hartazgo, el triunfo electoral del pasado 1 de julio, ha sido una transición pacífica y sin riesgos, simplemente el voto de castigo que los ciudadanos le impusieron a quienes equivocaron el rumbo y se excedieron en corrupción e impunidad, estuvo presente en la decisión de quienes se cansaron de soportar.
Ahora, sigue revisar las acciones de las instancias judiciales, que andan por la calle de la amargura, alimentando calenturas ajenas, cuando se les conoce en igual forma como un reducto del pasado, por la manera de operar desde el máximo tribunal.
Valdría la pena, a muchos proceder con cautela y dejarse de resistencias insanas, porque la gente, sí el pueblo le da al presidente Andrés Manuel López Obrador, el respaldo absoluto y también el beneficio de la duda, por lo que están sencillamente disfrutando de las acciones de un gobierno nuevo y diferente, que fue necesario que llegara, para quitarles el poder a los que perdieron el rumbo, y el piso también.
Lo mejor para todos los grupos políticos, es que sería esperar, porque andan adelantados a hacerle de “chivo los tamales” al político tabasqueño y olvidan que no canta mal las rancheras, y que sus entrevistas de prensa en las conferencias mañaneras, son una estrategia de comunicación para apaciguar las turbulentas aguas que dejaron con el huracán que se fue y lo que de “todo se llevó”. Pero hay muchos a los que les encanta hacerse “tontejos” y más aún hasta se lo creen. Así las cosas.
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