En la famosa Cuarta Transformación, con el cambio de Régimen en este país, el rumbo con una nueva dinámica se esfuerza en salir de la vorágine de la gran y desmedida ambición de los personajes que por noventa años usufrutuaron el poder a sus anchas.

Se trata de que se dio fin a los acuerdos de políticos con los ricos empresarios, que ahora se esmeran en subir al barco de AMLO, con una nueva visión de sujetarse a los nuevos requerimientos de la filosofía de Morena de honestidad, en un partido impregnado de contrastes, que apenas comienza a acomodarse a ser gobierno y a sujetarse a revisiones minuciosas de los miembros y adeptos.

La retórica del presidente Andrés Manuel López Obrador, en sus conferencias de prensa mañaneras, sigue creciendo en público y eso pone nerviosos a propios y extraños, pero los detractores de siempre, pretenden llevar agua a sus secos molinos, con el clásico pétate del muerto.

La llegada al poder presidencia de México de una lucha de muchos años de AMLO, constituye un nuevo paradigma que tiene el reconocimiento de a la mayoría de la población de este país y en el contexto internacional, se ha ganado el respeto de los lideres de muchas naciones.

Tomar decisiones para avanzar en la economía, vencer a la impunidad y la corrupción en todos los sectores, así como dar impulso al empleo, hacer crecer  el desarrollo nacional, a la educación en favor de niños y jóvenes, dar apoyo a las madres trabajadores, a jóvenes y adultos mayores, son parte de los compromisos que se están trabajando en forma ágil, así como el tema de los energéticos.

Sin descartar, que la inseguridad que creció como consecuencia de la falta de atención de gobiernos anteriores, ahora se ha convertido en la prioridad de un gobierno que se esmera en pacificar al país, pero con una estrategia seria que no arroje los daños colaterales como sucedió en el gobierno de Peña Nieto y de Felipe Calderón.

No hay duda de que AMLO, tiene mucha experiencia política y en el servicio público, y ahora como estadista esta sudando la camiseta, con arrojo y decisión porque la situación lo demanda, aunque los falsos profetas de malos augurios, aun no se rinden al observar estable al peso y una economía que va creciendo. Así las cosas.