Veracruz ocupa el nada honroso, pero sí muy indigno, sexto lugar en feminicidios a nivel nacional, con 318 homicidios de mujeres registrados en los últimos dos años, pero además se coloca en tercer lugar en éste 2017 como uno de los estados más inseguros; cifras dadas a conocer por organizaciones como Articulación Ciudadana para la Equidad y Semaforo Delictivo, pero de ello el Gobernador –sobervio e intolerante- ha referido que no acepta ninguna cifra de éstas, dadas a conocer por ciudadanos agrupados en colectivos o asociaciones.
Estas cifras a decir del Mandatario carecen de credibilidad, pues no son oficiales, por lo tanto la fuente es de personas que no tienen la certeza de los acontecimientos y datos estadísticos al respecto “no vamos de ninguna manera a aceptar cifras que surjan de organizaciones civiles que no tienen información, la información se proporciona a través de la Fiscalía General del Estado que proporciona el Sistema Nacional de Seguridad Pública”.
Y así ha insistido, no se aceptaran cifras surgidas fuera de cualquier instancia gubernamental. A decir del Gobernante, el 70 por ciento de las personas asesinadas pertenecían a la delincuencia organizada –según el- y entonces el otro 30 por ciento ¿no es importante?; estaríamos hablando que de un total de ejecutados, un alto porcentaje son personas y ciudadanos que nada tienen que ver con organizaciones criminales pero que han perdido la vida ante la inacción del estado y por supuesto de la Secretaria de Seguridad Pública, quien se ha visto rebasada.
Para el Gobernador, aquí solo hay “de dos sopas” homicidios comunes y los concernientes a las ejecuciones de miembros de la delincuencia organizada. Entonces quiere decir que sí los recientes alcaldes asesinados no fueron involucrados por el estado como hechos vinculados a la delincuencia, entonces se trata –de la otra clasificación-¡homicidios comunes! Mal mensaje el que envía el ejecutivo, con la pretensión de mostrar resultados, evadiendo la realidad ¡se parece tanto a su antecesor, que no puede evitar expresarse de la misma manera!
Y así esas fuentes que son erradicadas de tajo por Linares, han señalado los altos índices de violencia en lo que se ubica nuestro Veracruz, donde además se han incrementado los feminicidios y por supuesto la violencia de género que proviene de las propias instancias gubernamentales en contra de mujeres que laboran en el poder ejecutivo. Recientemente Articulación Ciudadana para la Equidad y el Desarrollo, en voz de su integrante Carmina Jasso López, precisó que de nada sirven el incremento de penas sí existe impunidad e inacción de las autoridades por investigar los hechos.
Así pues dijo las penas severas para quienes cometen el delito de feminicidio están pisoteadas por la impunidad. Hace algunos días la organización, Semáforo Delictivo, dio a conocer que en el tercer trimestre de 2017 Veracruz se sitúa en el cuarto lugar en delitos de alto impacto, es decir, homicidios, ejecuciones, secuestro, extorsión y robo de autos, pero de acuerdo a los numeros, la entidad veracruzana ocupa el segundo lugar en secuestro, sólo por debajo de Baja California, Zacatecas y Guerrero, lo que ha reafirmado que este año es el peor en cuanto a inseguridad se refiere para nuestra entidad.
Luego entonces se ha corroborado que Veracruz ha tenido en este 2017 el año más violento que se haya registrado en las últimas dos décadas, desde 1997; lo anterior muestra que, en el primer año de gobierno de Yunes Linares su promesa de campaña ha quedado por los suelos, pues se comprometió -aun conociendo la realidad- a erradicar la inseguridad en 6 meses. Hay que recordar que en el tercer mes de la actual administración, es decir en marzo, el flamante Jorge Winckler Ortiz, Fiscal General de la entidad, declaró a diferentes medios de comunicación que los cadáveres ya no cabían en los Servicios Médicos Forenses, “a veces preferimos no abrir más fosas porque no tenemos espacio para guardar los cuerpos”. ¡Así con en nuestro Veracruz!.