La semana pasada, cuando los reporteros le preguntaron si haría cambios en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) ante el disparo de los índices criminales en el Estado, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares respondió que “yo no acostumbro mover funcionarios a los que quieren matar a periodicazos”.

Yunes defendió apasionadamente al titular de la SSP, Jaime Téllez Marié, de quien dijo que “trabaja 20 o 22 horas al día”.

“Es muy fácil desde la comodidad de una silla o de una grabadora pedir la renuncia de una persona sin saber lo que hace”, recriminó el mandatario panista, cuya obcecación hizo recordar al exgobernador Javier Duarte, quien igualmente sostuvo hasta el final a su cuestionado jefe policiaco, ahora preso en Pacho Viejo. “Primero me voy yo, que (Arturo) Bermúdez”, repetía el exmandatario actualmente encarcelado en Guatemala.

Y es que Téllez Marie para Yunes es igual de inamovible que Bermúdez lo fue para Duarte por su doble función: no solo aparenta combatir a la delincuencia sino que además usa el aparato policiaco para operar electoralmente, intimidando a los contrincantes de su jefe y conteniendo a los votantes movilizados por sus adversarios, como denunciaron en la pasada elección municipal candidatos y líderes del PRI y Morena.

El propio Yunes Linares y su hijo Fernando Yunes Márquez lo vivieron en carne propia en la sucesión estatal de 2016, en la que el senador del PAN fue detenido en plena jornada electoral por la policía de Bermúdez en Coatzacoalcos, en cuyo vehículo transportaba maletas que se negó a abrir y a entregárselas porque presuntamente contenían fuertes cantidades de dinero en efectivo que debía hacer llegar ese día de la elección a los operadores panistas del sur veracruzano, zona que le encomendaron en la campaña electoral de su padre.

Por eso es que ha causado revuelo la fotografía publicada ayer por el portal Versiones.com.mx, en la que aparece Fernando Yunes en un encuentro con simpatizantes de la alianza PAN-PRD en Cosoleacaque, entre los cuales destaca, en una mesa de primera fila, Hernán Martínez Zavala, el “Comandante H”, capo mayor de Los Zetas en el sur del estado y del sureste mexicano, el cual fue capturado la semana antepasada en Tabasco por la Policía Federal al atribuírsele la presunta autoría intelectual de la ejecución de una pareja y sus cuatro hijos, menores de edad, en Coatzacoalcos.

Según se observa en la imagen, no se trataba de un mitin masivo en el que el delincuente pudo pasar inadvertido como un asistente más, sino que fue una comida que habría sido convocada por Martínez Zavala a través de uno de sus compadres que hasta hace poco se desempeñaba como delegado de Tránsito en Cosoleacaque y que coincidentemente fue concentrado en Xalapa tras la detención del “Comandante H”.

¿Hasta dónde y de qué manera este jefe de Los Zetas participó en las campañas del PAN-PRD en 2016 y en la reciente elección municipal? Eso lo tendría que investigar principalmente la PGR, no solo porque le corresponde perseguir delitos del fuero federal, sino porque la Fiscalía General del Estado enfrentaría un conflicto de interés por estar involucrado el hijo del gobernador.

Este caso toma resonancia porque casualmente la Unidad Técnica de Fiscalización del INE dictaminó que 25 ediles electos de la alianza PAN-PRD, entre ellos Fernando Yunes, sobrepasaron el límite del tope de gasto de campaña permitido legalmente.

¿Ahora se entiende por qué Téllez Marie es inamovible, pese a que en su campaña Yunes prometió nombrar en la SPP a un experto, “a un militar de alto rango”?