Tiene responsabilidades el gobierno federal

Para cualquier analista está seguro de lo que busca el gobernador saliente Javier Duarte de Ochoa con la amenaza de regresar a gobernar Veracruz y poner fin a su licencia, es con el único fin de exhibir al gobierno de Peña Nieto, ya que se siente traicionado al existir una orden de aprehensión y que ofrecieran quince millones de pesos a cualquier persona que diera informes sobe su paradero.
Se había quedado callado, pero en cuanto le empezaron a incautar sus propiedades y sus cuentas bancarias entendió que venía en serio y que el castigo implicaría 90 años de prisión.
No era lo acordado.
El gobernante veracruzano había aceptado renunciar y esconderse por un tiempo, lo que ya no admitió es que le quitaran lo robado.
El caso Veracruz ha provocado una crisis nacional por ser una de las entidades más importantes, tercera en población y la más rica en recursos naturales. Tanto en productos agropecuarios, pesqueros, petroleros y mineros.
En Veracruz era un secreto a voces el desvío de recursos con el fin de comprar votos para el PRI, sin que las autoridades electorales hicieran nada.
El gobernador Javier Duarte tiene algo en común con el presidente Peña Nieto, fueron compañeros en diferentes gubernaturas, tiempos propicios para establecer pactos que le facilitaran su acceso a la Presidencia de la República. Hubo cierta complicidad que solo se puede medir de acuerdo al tamaño financiero de la contribución a la campaña presidencial.
Lo que no es aceptado es la negativa de los funcionarios federales a rescatar a Veracruz cuando fue de su conocimiento con mucha anticipación lo que ocurría en el gobierno de Duarte de Ochoa y la responsabilidad que tienen al no haber evitado la crisis que ahora vive el estado veracruzano.
Lo supieron con mucho tiempo antes de pedir licencia y lo dejaron que siguiera robando.

Nuevos derechos a pacientes

Los médicos deben encontrar alternativas y soluciones para impulsar los derechos de los enfermos, principalmente cuando las personas están próximas a morir, así lo señala el exrector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente.
Las garantías de los pacientes de conocer sus derechos y dar el consentimiento informado a la voluntad del bien morir de manera anticipada. El derecho a no tener dolor con el uso de opiáceos y morfina. En este sentido, se refiere al uso ilimitado de las drogas y para ello la aprobación de nuevas leyes.
Sedación paliativa a una muerte asistida. Conocida en el pasado como eutanasia.
Dentro de estas garantías, figura el derecho a morir en su casa y a no recibir tratamiento cuando el paciente así lo decida.
El doctor Ramón de la Fuente apunta que del mismo modo que la medicina es hoy capaz de prolongar la vida en condiciones no humanas, se debe contribuir a que haya un proceso de degradación progresiva de la persona.
La pregunta es: ¿Se debe prolongar la vida de alguien en contra de su voluntad?
El médico debe aliviar la muerte con la misma dedicación que atiende la vida.