Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
Se dice que...
2016-11-02 | 09:13:49
Con el ojo cuadrado

Por más deducciones mentales que se hagan no hay una explicación coherente o razonable sobre cómo fue posible desaparecer más de 16 mil millones de pesos de la cuenta pública del año pasado. En un tráiler apuradamente cabrían las pacas de ese dinero sustraído de manera tan burda y sin ninguna justificación. ¿Cómo se pueden gastar 43 millones 835 mil pesos al día en propiedades o gastos suntuarios de una sola familia? Sin descansar siquiera los fines de semana. Obviamente tiene que ser un verdadero ejército de delincuentes tirando este dinero a manos llenas que le pertenece al pueblo de Veracruz. Pareciera un documento de los de Ripley, “Aunque usted no lo crea”. Lo interesante sería saber cómo le hicieron durante todo el tiempo de esta administración cuando solo nos referimos a lo realizado el año pasado. Para el periodista capitalino, Salvador García Soto, quien señala a cuatro cordobeses que se conocieron en la preparatoria como los operadores para realizar estas inversiones fantásticas de compras de ranchos, edificios y empresas. Los nombres de ellos han salido en varios medios y han hecho declaraciones ante la PGR para desligarse del exgordito Duarte, quien era el pobre del grupo, cuando logra la gubernatura hizo millonarios a sus compañeros de la escuela. Jaime Porres, Moisés Mansur y Francisco González formaron la cuarteta infernal donde movieron a su antojo estos recursos públicos. Los tres estaban siempre cerca del gobernador y de Karime Macías, considerada como “el poder detrás del trono”. Cuando estuvo como candidato a diputado federal por Córdoba, Duarte les confesó que sería el sucesor de Fidel Herrera y que había que prepararse para ser los asesores financieros y en su caso los prestanombres. Como secretario de Finanzas sabía que se manejaban 100 mil millones de pesos al año y que podían hacer magia para desaparecerlos. Ya lo había practicado con el “Tío”.

Recuperar lo robado

Es todo un paquete el que tiene el gobierno al incautar las propiedades de Javier Duarte de Ochoa y de sus familiares para tratar de recuperar parte de los desvíos multimillonarios, y compensar con estos recursos ciertas partidas que les corresponden a diversas dependencias: al IPE, a la Universidad Veracruzana y a la mayoría de los ayuntamientos de la entidad veracruzana. Es un problema muy serio para tratar de vender, se requiere que los compradores sean personas poseedores de grandes riquezas para poder adquirir estos bienes, ya que se trata de invertir cientos de millones de pesos, que por lo general, para los hombres de negocios no pueden exhibir estas fortunas por razones obvias que sean investigados por autoridades hacendarias. De acuerdo a las relaciones que tienen autoridades gubernamentales con grupos delincuenciales podían ser los interesados y lograr que estos recursos regresen para el bienestar y progreso de los veracruzanos. No es una tarea fácil lo que señala el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa, primero, la detención del gobernante veracruzano y después la recuperación de lo robado de las arcas públicas, especialmente de aquellos familiares y prestanombres que ya se habían encariñado, les resultará difícil deshacerse de estos bienes mal habidos.

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