Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Dar hasta que duela
2016-09-05 | 12:36:40
Dos aspectos difíciles de entender y aceptar en los seres humanos desde siempre han sido el amor al prójimo y la solidaridad con los pobres. La lucha por el poder y la riqueza con un afán de dominación han sido dos elementos claves que se asocian a sumisión y esclavitud.

Así con el paso de los siglos desde la llegada de Jesús de Nazaret a este mundo, su persecución y muerte por ser cercano a los pobres han sido un antes y después de dos eras que marcan el inicio del cristianismo desde hace dos mil años.

Los pecados de la iglesia universal con el paso del tiempo se han lavado y hasta pedido perdón y hasta la época moderna con Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora el Papa Francisco, sin restarle el gran mérito al Papa Juan XXIII, quien desde un pontificado corto al igual que del Papa Juan Pablo I, han marcaron el rumbo de una nueva evangelización de la iglesia apegada esencialmente a los evangelios que narran la vida de Jesús como el hijo de Dios en la tierra, el mesías que sigue reclamando todos los días el sacudir las conciencias favor de los pobres.

Con esta visión de apego definitivo a la vida de Jesús y su palabra, por decirlo más firme su filosofía, la Madre Teresa, comienza en Calcuta una imparable lucha a favor de los pobres más pobres, venciendo resistencias de las creencias distintas al cristianismo.

Pero también venció las resistencias propias de una iglesia universal en aquella época en donde no se aceptaba que una pequeña y débil mujer pudiera iniciar una nueva orden de atención a los pobres.

Desde su cercanía con el Papa Pablo VI, que le había donado el carro papal en una visita a la India, a la Madre Teresa, que lo rifó para obtener recursos para crear una clínica y un orfanato que fueron parte del inicio de las decididas actividades de la nueva orden: Las Misioneras de la Caridad.

Empezó, la Madre Teresa con su orden de misioneras de la caridad a ganar el reconocimiento del pueblo y autoridades en la India, para después dar paso a crear más de 500 casas en cien países en el mundo para dar ayuda y atención a los pobres.

Dar hasta que duela, fue su frase ideal para comenzar a abrir los corazones a las aportaciones económicas que fueron creciendo y destinadas para la ayuda a los pobres.

Con una Constitución y un reglamento más estricto en disciplina, la orden de las misioneras de la caridad, hacen mayores dentro de su accionar en donde viven sólo con lo indispensable para de esa forma no desviar el objetivo del apego a Jesús y la atención de los pobres, con una inspiración también en San Francisco de Asís, de quien fue ferviente devota y un ejemplo que siguió en el tema de estar siempre en su misión de cuidar de los pobres más pobres.

Muchas son las anécdotas y las grandes proezas logradas por la Madre Teresa, que no le desviaron jamás de su camino de humildad y misericordia cristiana.

Ganó el Premio Nobel de la Paz y la medalla del congreso de Estados Unidos, además de su cercanía con los poderosos del mundo que le visitaban para solidarizarse en su labor de atención de los pobres en el mundo.

En su Orden nunca se manejo el dinero de las donaciones y de forma inteligente y visionaria la Madre Teresa, dispuso que los recursos se operaran por una firma internacional en donde los recursos se manejaran con transparencia y probidad, lo que le significaron agrias críticas, pero ese formato es el que demuestra la honestidad en las acciones por el altruismo.

La Madre Teresa deja un legado de respeto para la vida y en sus mensajes en los foros de todo el mundo se pronunció en contra del aborto y a favor de la vida, así como siempre habló por los pobres.

Ayudó a través de la adopción a darle un futuro y un destino a miles de niños a los que se incorporaba a una familia, lo que también le acarreó criticas.

Está demostrado que ayudar a los pobres es una difícil misión y en donde precisamente la Madre Teresa, por la inspiración en Jesús de Nazaret y San Francisco de Asís, la pudo realizar y la sigue realizando en el mundo a través de su Orden las Misioneras de la Caridad, y precisamente servir a los pobres, nunca ha sido una labor en la que se reconozca el éxito o los logros.

Murió el 5 de septiembre de 1997 y precisamente en este día, el Papa Francisco, declara su canonización para tenerla siempre en los altares como a una santa y se pida su intercesión a través de la oración por los pobres del mundo, los enfermos y se dé el milagro de la vida en contra del aborto.

Agnes Gonxa Bojaxhiu, de origen albanés y nacionalizada indú, nacida un 26 de agosto de 1910, de una familia acomodada, dejó su labor de maestra como monja de una escuela católica, para irse a las calles de Calcuta en la India, a dar ayuda humanitaria a los pobres. Su labor permanece ahora en más de cien países y en más de 500 casas de su orden las misioneras de la caridad. Así las cosas.

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